El Buen Pastor

Hoy exploramos la cuarta declaración de Jesús: "Yo soy el Buen Pastor". Hasta ahora, hemos visto a Jesús afirmar que es el pan de vida, la luz del mundo y la puerta, ofreciendo satisfacción para anhelos profundos del alma, revelando la verdad de Dios y otorgando acceso a la protección y provisión. Ahora, Él declara Su papel como el Buen Pastor, revelando Su cuidado único y amor sacrificial por Su pueblo.

Recordatorio: Tómate un tiempo para leer el pasaje de hoy por tu cuenta o con un amigo. Luego, cuando te pongas al día esta semana, ya sea en persona o por una llamada, comparte lo que te llamó la atención, reflexiona sobre tus ideas y discute cómo se conecta con tu vida. ¡Mantén la conversación!

En el antiguo Israel, la metáfora del pastor era profundamente entendida. Los pastores simbolizaban líderes encargados del bienestar de su pueblo. Mientras que algunos de los líderes de Israel como Moisés y David tuvieron éxito, otros fracasaron espectacularmente, llevando a la nación a la ruina espiritual y social. A través del profeta Ezequiel, Dios condenó a estos pastores egoístas, acusándolos de descuidar a los vulnerables, explotar recursos para beneficio personal y abandonar al rebaño en peligro. Dios declaró que responsabilizaría a esos líderes y actuaría como el verdadero pastor de Su pueblo.

Para cuando Jesús entró en escena, los líderes de Israel una vez más habían fallado. Las autoridades religiosas explotaban su poder, descuidando a los marginados mientras se coludían con Roma para obtener ventajas personales. Jesús contrasta estos líderes, a quienes llama asalariados, con Él mismo, el Buen Pastor. Mientras que los asalariados priorizan su propia seguridad y abandonan al rebaño cuando llega el peligro, el Buen Pastor se queda, protege e incluso da Su vida por Sus ovejas. La muerte de Jesús en la cruz es la expresión máxima de este amor y compromiso.

Central a las enseñanzas de Jesús es la capacidad de las ovejas para reconocer la voz de su pastor. Sus oyentes son desafiados a discernir entre voces que conducen al florecimiento y aquellas que explotan y dañan. Esta analogía no solo reprende el liderazgo egoísta, sino que también invita a los individuos a confiar en Jesús como quien realmente busca su bienestar.

Preguntas de Reflexión

1. Jesús se describe a Sí mismo como el Buen Pastor que protege y se sacrifica por Sus ovejas. ¿Qué cualidades crees que hacen a alguien un "buen pastor" en la vida de hoy?
2. La afirmación de Jesús sugiere que no todo liderazgo o guía es igual. ¿Cómo puede alguien discernir entre voces que realmente se preocupan por su bienestar y aquellas que llevan al daño?
3. ¿Cuál es un área en la que estás buscando dirección o seguridad en este momento? ¿Cómo sería considerar el liderazgo de Jesús en esa área?

¡Tómate tiempo para reflexionar y discutir, y únete a nosotros mañana para el Día 5!