No Te Pierdas En Tus Emociones- La Metáfora Del BosqueMuestra

EL CAMINO DE LOS TONTOS Y EL CAMINO DE LOS LISTOS

Una de las señas de identidad de nuestro tiempo es llamar a la bueno malo y a lo malo bueno. Nada nuevo, por otro lado, porque el propio Isaías ya advertía de aquello muchos siglos atrás, pero esto no deja de recordarnos algo que parecemos olvidar: no hemos cambiado tanto como creemos en el interior con el paso de los siglos, y ese asunto no viene sin consecuencias para nosotros, como el propio profeta ya advertía.

Al ser humano siempre le ha parecido mejor su propio camino que el de Dios. El pecado en el Edén no fue, ni más ni menos, que escoger la voz equivocada en vez de prestar nuestros cinco sentidos a la de Él, que es la que marca el norte:

• La mujer dio crédito a la voz de la serpiente y la suya propia.
• El varón les dio más espacio a las palabras de su esposa y a su propia consideración personal que al mandato de Dios.
• Y con lo que Él les confronta es precisamente es con haber ignorado deliberadamente sus palabras de vida.

En ese momento, el frondoso paraíso en el que vivían cambia para ellos hacia un espacio árido, oscuro, difícil de trabajar, que trae dolor y sudor a cada paso... y que da miedo, mucho miedo. A partir de ese instante los seres humanos empiezan a experimentar el bosque oscuro de la vida y necesitan averiguar cómo y por dónde se vuelve a casa, porque el jardín sigue allí, y nos espera.

Desde entonces, las personas están en esa búsqueda constante, incluso sin saberlo.

• Alrededor nuestro, sin embargo, todos parecen saber muy bien lo que hacen y hacia dónde van. Ellos están en “el camino de los listos”, siguiendo su propio corazón y voz (que van bastante de la mano y se retroalimentan).
• Por otro lado, a cualquiera que ose considerar que Otro tiene el verdadero criterio sobre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, se le ubica en “el camino de los tontos” pero... ¿hemos considerado realmente dónde termina cada uno de los dos trayectos?

Jesús es la imagen del Dios invisible, y vino a decir lo mismo que había sido dicho a Israel sobre dos caminos con muy diferentes finales. La cuestión es, nuevamente, si consideraremos las luces rojas para dirigirnos hacia el lugar correcto o, por el contrario, seguiremos siendo sabios en nuestra propia opinión.