¡Cuando El Dolor No Tiene La Última Palabra!Muestra

Día 3: Mi testigo está en los cielos: Encontrando esperanza en la defensa divina

Aunque el sufrimiento puede llevarnos a sentirnos abandonados, Job nos muestra que incluso en la oscuridad más profunda, podemos aferrarnos a la esperanza en un Dios que es nuestro testigo y defensor. Hoy exploraremos esta esperanza y cómo podemos confiar en la justicia divina en medio de la prueba, continuando nuestro estudio de Job 16.

En Job 16, en medio de su dolor y su sensación de abandono, Job hace una declaración de fe que resuena con fuerza: "Tengo en los cielos un testigo; en lo alto se encuentra mi abogado" (Job 16:19 NVI). A pesar de sentir que Dios se ha vuelto su adversario, Job afirma su creencia en que hay alguien en el cielo que ve su sufrimiento y abogará por él.

Esta declaración es un punto de inflexión en el discurso de Job. En lugar de centrarse únicamente en su dolor, comienza a mirar hacia arriba, hacia Dios, como su esperanza. Reconoce que, aunque sus amigos lo juzguen y lo condenen, hay un testigo celestial que conoce la verdad de su corazón.

La idea de un "testigo" y un "intercesor" es significativa. En el contexto bíblico, un testigo es alguien que da testimonio de la verdad, y un intercesor es alguien que aboga por otro. Job está expresando su confianza en que Dios mismo es su testigo, que ve su inocencia y su dolor, y también su intercesor, que defenderá su causa.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del sufrimiento. A menudo, cuando sufrimos, nos enfocamos tanto en nuestro dolor que perdemos de vista la presencia de Dios. Podemos llegar a pensar que Dios está lejos o que no le importa lo que estamos pasando. Sin embargo, la experiencia de Job nos recuerda que Dios está presente en nuestro sufrimiento, incluso cuando no lo sentimos.

Además, la declaración de Job nos da esperanza en la justicia divina. Aunque a veces podamos sentir que la vida es injusta y que los malvados prosperan, podemos confiar en que Dios, como juez justo, finalmente hará justicia. Puede que no entendamos los caminos de Dios, pero podemos tener la seguridad de que Él es fiel y que sus planes son perfectos.

El sufrimiento, aunque doloroso, puede tener un propósito redentor en nuestras vidas. A través de la prueba, nuestra fe puede ser fortalecida, nuestro carácter puede ser moldeado y podemos aprender a depender más de Dios. Como dice 2 Corintios 4:17-18, "Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"(LBLA).

Aplicación:

1. Aférrate a tu fe en Dios en medio de la prueba: Recuerda que, como Job, tienes un testigo en los cielos que ve tu sufrimiento y aboga por ti.
2. Confía en la justicia divina: Aunque no entiendas los caminos de Dios, confía en que Él es justo y que hará lo correcto en su tiempo.
3. Busca el propósito redentor en tu sufrimiento: Permite que la prueba te acerque más a Dios y te haga más fuerte en tu fe.

Por Sergio Osorno, líder en Rey de Paz. Editado por Margarita Orozco, creadora de contenidos de Conectar Global

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