Cambio de papeles

En la rebeldía original en Génesis 3, vemos un cambio de papeles: Adán y Eva cambiaron los papeles que Dios les había dado. Eva empezó a dirigir el hogar por negociar con la serpiente y llevar a su esposo a la tentación. En este momento, Eva estaba efectivamente guiando a su esposo, y él estaba sometiéndose a ella.

Desde entonces, la tendencia humana es de hacer lo mismo, de cambiar los papeles en el matrimonio. De hecho, una gran forma de que se evidencia nuestra rebeldía contra Dios y nuestro deseo de ser nuestro propio dios, es por querer abandonar nuestro papel en el hogar. 

El hombre

Hay tres tentaciones principales para el hombre que lo llevan a abandonar su papel en el matrimonio y en el hogar: 

1. La primera es ser pasivo en vez de guiar y proveer; es caminar atrás de su esposa y dejar que ella sea la líder del hogar. 
2. La segunda es lo opuesto de ser pasivo, es la tentación de ser un dictador y de ser abusivo. En vez de guiar a su esposa e hijos con amor, es ser mandón, gritón, impaciente, enojado, o manipulador; lastimando mental o físicamente. 
3. La tercera es literalmente dejarlo. A veces lo hace por nunca aceptar el compromiso de ser un esposo y el padre de sus hijos, optando por una unión libre; otras veces después de casarse, deja a su esposa e hijos; y aun otras veces no lucha por salvar a su matrimonio y hogar, dejando que la esposa decida que ya estuvo. 

La mujer

Hay dos tentaciones grandes que la esposa tiene que la hacen dejar de cumplir el papel que Dios le ha dado en su matrimonio: 

1. La primera es la de agarrar el papel de cabeza, de ser el líder principal de su hogar, o porque su esposo es dejado y un mal líder, o porque no piensa que es justo que él sea la guía principal de su hogar. 
2. La segunda es seguir a su esposo, pero de una manera no sumisa por siempre pasar quejándose, criticando y hablando mal de su esposo. Sigue su guía por afuera, pero en su corazón y con sus palabras lo resiente. 

Papeles restaurados

En nuestra vida y matrimonio, Dios nos llama a restaurar los papeles que Él ha establecido para el hombre y la mujer, para que vivamos de acuerdo con cómo debemos ser.

Para el hombre, esto significa dedicarse a ser el líder principal de su hogar, su esposa y sus hijos, por guiarlos, amarlos, buscar lo mejor para ellos y sacrificarse por su bien físico y espiritual.

Para la esposa, restaurar los papeles en el matrimonio que Dios ha establecido significa entregarse a ser la ayuda idónea de su esposo por compartir la vida con él, colaborar con él en esta vida, seguir su guía y estar sometida a su liderazgo (de corazón y no a la fuerza), respetarlo y admirarlo.

Dios nos llama a cumplir con nuestro propio papel en el matrimonio, independientemente de qué tan bien nuestra pareja cumpla con la suya. Cuando lo hacemos, damos mucha gloria a Dios por seguir su guía y conformarnos al patrón que nuestro Creador ha establecido para nuestro matrimonio.