—Mira, ¡me estoy muriendo de hambre! —dijo Esaú—. ¿De qué me sirven ahora los derechos de hijo mayor?
Pero Jacob dijo:
—Primero tienes que jurar que los derechos de hijo mayor me pertenecen a mí.
Así que Esaú hizo un juramento, mediante el cual vendía todos sus derechos de hijo mayor a su hermano Jacob.