Por eso, el enojo del SEÑOR se encendió contra su pueblo, y él aborreció a su posesión más preciada. Los entregó a las naciones paganas y quedaron bajo el gobierno de quienes los odiaban. Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder. Él los rescató una y otra vez, pero ellos decidieron rebelarse en su contra, y finalmente su pecado los destruyó. Aun así, él sintió compasión por la angustia de ellos y escuchó sus clamores. Recordó el pacto que les había hecho y desistió a causa de su amor inagotable. Hasta hizo que sus captores los trataran con amabilidad. ¡Oh SEÑOR nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte. Alaben al SEÑOR, Dios de Israel, quien vive desde siempre y para siempre. Que todo el pueblo diga: «¡Amén!».
Leer Salmos 106
Escuchar Salmos 106
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 106:40-48
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos