Yo dormía, pero mi corazón estaba atento, cuando oí que mi amante tocaba a la puerta y llamaba: «Ábreme, tesoro mío, amada mía, mi paloma, mi mujer perfecta. Mi cabeza está empapada de rocío, mi cabello, con la humedad de la noche». Pero yo le respondí: «Me he quitado el vestido, ¿por qué debería vestirme otra vez? He lavado mis pies, ¿por qué debería ensuciarlos?». Mi amante trató de abrir el cerrojo de la puerta, y mi corazón se estremeció dentro de mí. Salté para abrirle la puerta a mi amor, y mis manos destilaron perfume. Mis dedos goteaban preciosa mirra mientras yo corría el pasador. Le abrí a mi amado, ¡pero él ya se había ido! Se me desplomó el corazón. Lo busqué pero no pude encontrarlo. Lo llamé pero no tuve respuesta. Los guardias nocturnos me encontraron mientras hacían sus rondas. Me golpearon y me lastimaron y me arrancaron el velo, aquellos guardias del muro. Oh mujeres de Jerusalén, prométanme: si encuentran a mi amante, díganle que desfallezco de amor.
Leer Cantar de los Cantares 5
Escuchar Cantar de los Cantares 5
Compartir
Comparar todas las versiones: Cantar de los Cantares 5:2-8
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos