Abdías 1
1
1Visión de Abdías.
Orgullo y caída de Edom
1-4 – Jer 49:14-16
5-6 – Jer 49:9-10
Esto es lo que dice el Señor y Dios acerca de Edom.
Hemos oído un mensaje de parte del Señor.
Un heraldo ha sido enviado a las naciones, diciendo:
«¡Vamos, marchemos a la guerra contra ella!».
2«Te haré pequeño entre las naciones,
totalmente menospreciado.
3La soberbia de tu corazón te ha engañado.
Como habitas en las hendiduras de las rocas,#1:3 de las rocas. Alt. de Selá, que era la capital de Edom. Véanse Jue 1:36; 2R 14:7.
en la altura de tu morada,
te engañas a ti mismo, diciendo:
¿Quién podrá arrojarme a tierra?
4Aunque vueles a lo alto como águila,
y tu nido esté puesto en las estrellas,
desde allí te haré caer»,
afirma el Señor.
5«Si vinieran a ti ladrones
o saqueadores nocturnos,
¿no robarían solo lo que crean suficiente?
¡Pero a ti te espera gran destrucción!
Si vinieran a ti los vendimiadores,
¿no dejarían algunas uvas?
6¡Pero a ti, Esaú, te saquearán!
¡Te despojarán de tus tesoros más escondidos!
7Hasta la frontera te expulsarán
tus propios aliados,
te engañarán y dominarán
tus propios amigos.
Los que se sientan a tu mesa
te pondrán una trampa.
Es que Edom no tiene entendimiento.
8»¿Acaso no destruiré yo en aquel día
a los sabios de Edom,
a la inteligencia del monte de Esaú?»,
afirma el Señor.
9«Ciudad de Temán, tus guerreros temblarán de miedo,
de que todo hombre sea exterminado
del monte de Esaú por la masacre.
10Por la violencia hecha contra tu hermano Jacob,
te cubrirá la vergüenza
y serás exterminado para siempre.
11En el día que te mantuviste al margen,
en el día que extranjeros se llevaron sus riquezas,
cuando extraños entraron por su puerta
y sobre Jerusalén echaron suerte,
tú eras como uno de ellos.
12No debiste reírte de tu hermano en su mal día,
en el día de su desgracia.
No debiste alegrarte a costa del pueblo de Judá
en el día de su ruina.
No debiste hablar con arrogancia
en el día de su angustia.
13No debiste entrar por la puerta de mi pueblo
en el día de su calamidad.
No debiste disfrutar con su desgracia
en el día de su calamidad.
No debiste echar mano a sus riquezas
en el día de su calamidad.
14No debiste aguardar en los cruces de caminos
para matar a los que huían.
No debiste entregar a los sobrevivientes
en el día de su angustia.
15»Porque cercano está el día del Señor
contra todas las naciones.
¡Como hiciste se te hará!
¡Sobre tu cabeza recaerá tu merecido!
16Pues sin duda que, así como ustedes
bebieron de mi copa en mi santo monte,
así también la beberán sin cesar todas las naciones;
beberán y beberán,
entonces serán como si nunca hubieran existido.
17Pero en el monte Sión habrá liberación
y será sagrado.
El pueblo de Jacob recuperará sus posesiones.
18Los descendientes de Jacob serán fuego
y los de José, llama;
pero la casa real de Esaú será paja:
le pondrán fuego y la consumirán
de tal forma que no quedará sobreviviente
entre los descendientes de Esaú».
El Señor lo ha dicho.
19Los del Néguev poseerán
el monte de Esaú;
los de la región de Sefalá
poseerán Filistea;
también poseerán los campos de Efraín y de Samaria;
y los de Benjamín poseerán Galaad.
20Los exiliados, este ejército de israelitas
que viven entre los cananeos,
poseerán la tierra hasta Sarepta.
Los desterrados de Jerusalén,
que viven en Sefarad,
poseerán las ciudades del Néguev.
21Los libertadores subirán al monte Sión
para gobernar la región montañosa de Esaú.
Y el reino será del Señor.
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