Filipenses 2:12-15

Dios nos creó para ser Sus seguidores y servidores. Todo cristiano necesita reconocer su rol de líder ya sea en una plataforma guiando a multitudes, en el hogar guiando a la familia o individualmente siendo de influencia a las personas que nos rodean. Todos somos líderes de alguna manera u otra, y es importante reconocer que al que le rendimos cuentas es a Dios. Todo lo que somos, poseemos y hacemos se lo debemos a Cristo; es solo por gracia que damos de lo que hemos recibido. Necesitamos ser líderes humildes, centrados en Cristo y liderar desde una relación íntima con el Padre Celestial. 

A través de este plan leeremos el segundo capítulo de Filipenses para entender el mensaje que Pablo quería transmitir a la iglesia. Ver las cosas en la perspectiva correcta puede cambiar nuestra forma de pensar y, en última instancia, nuestras respuestas a las cosas que nos rodean. Pablo, en su carta, brinda la perspectiva sobre quiénes somos, lo que resulta en cómo debemos comportarnos cuando elegimos una vida en Cristo.

Hay momentos en que simplemente nos sentimos desanimados. Las cosas no han salido bien y hay problemas inesperados que nos asedian a pesar de nuestras buenas intenciones. Tratamos de salir adelante en un área de nuestra vida pero caemos y nos enredamos y, todo esto, inevitablemente, nos hace sentir desalentados. ¿Cómo podemos entonces vencer el desánimo? En este plan de lectura de 4 días lo descubrirás.

Jesús dijo que el más grande de nosotros debe ser un siervo humilde. La grandeza en el reino de Dios se mide por la capacidad de uno para sostener el bastón de servicio y humildad que Cristo demostró y nos pasó a nosotros. Este plan ofrece una visión general del liderazgo de servicio, la humildad y lo que significa caminar por el camino de Jesús dondequiera que practiquemos el liderazgo.