Salmo 44
44
Salmo 44#Sal 44 En el texto hebreo 44:1-26 se numera 44:2-27.
Al director musical. Masquil de los hijos de Coré.
1Oh Dios, nuestros oídos han oído
y nuestros antepasados nos han contado
las proezas que realizaste en sus días,
en aquellos tiempos pasados:
2Con tu propia mano expulsaste a las naciones
y en su lugar plantaste a nuestros antepasados;
aplastaste a aquellos pueblos,
y a nuestros antepasados los hiciste prosperar.#44:2 los hiciste prosperar. Lit. los libraste.
3Porque no fue su espada la que conquistó la tierra
ni fue su brazo el que les dio la victoria:
fue tu brazo, tu mano derecha;
fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.
4Solo tú eres mi Rey y mi Dios.
¡Decreta las victorias de Jacob!
5Por ti derrotamos a nuestros enemigos;
en tu nombre aplastamos a nuestros agresores.
6Yo no confío en mi arco
ni puede mi espada darme la victoria;
7tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos,
y dejas en vergüenza a nuestros adversarios.
8¡Por siempre nos gloriaremos en Dios!
¡Por siempre alabaremos tu nombre! Selah
9Pero ahora nos has rechazado y humillado;
ya no sales con nuestros ejércitos.
10Nos hiciste retroceder ante el enemigo;
nos han saqueado nuestros adversarios.
11Nos has entregado para que nos devoren como ovejas
nos has dispersado entre las naciones.
12Has vendido a tu pueblo por una miseria
y nada has ganado con su venta.
13Nos has dejado en ridículo ante nuestros vecinos;
somos la burla y el escarnio de los que nos rodean.
14Nos has hecho el hazmerreír de las naciones;
todos los pueblos se burlan de nosotros.
15La humillación no me deja un solo instante;
se me cae la cara de vergüenza
16por las burlas de los que me insultan y me ofenden,
por culpa del enemigo que está presto a la venganza.
17Todo esto nos ha sucedido,
a pesar de que nunca te olvidamos
ni faltamos jamás a tu pacto.
18Nuestro corazón no ha vuelto atrás
ni nos hemos apartado de tu senda.
19Pero tú nos arrojaste a una cueva de chacales;
¡nos envolviste en la más tenebrosa oscuridad!
20Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios
o extendido nuestras manos a un dios extraño,
21¿acaso Dios no lo habría descubierto,
ya que él conoce los más íntimos secretos?
22Por tu causa siempre nos llevan a la muerte;
¡nos tratan como a ovejas para el matadero!
23¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?
¡Levántate! No nos rechaces para siempre.
24¿Por qué escondes tu rostro
y te olvidas de nuestro sufrimiento y opresión?
25Estamos abatidos hasta el polvo;
nuestro cuerpo se arrastra por el suelo.
26¡Levántate, ven a ayudarnos!
¡Por tu gran amor, rescátanos!
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