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Romanos 8:3

Romanos 8:3 NVI

En efecto, la Ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en una condición semejante a la de los pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la carne

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