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Hebreos 10:26-39

Hebreos 10:26-39 RVC

Si con toda intención pecamos después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados sino una terrible expectativa del juicio y del fuego ardiente que devorará a los enemigos de Dios. Cualquiera que desobedece la ley de Moisés, muere sin falta, siempre y cuando haya dos o tres testigos que declaren en su contra. ¿Y qué mayor castigo piensan ustedes que merece el que pisotea al Hijo de Dios y considera impura la sangre del pacto, en la cual fue santificado, e insulta al Espíritu de la gracia? Bien sabemos que el Señor ha dicho: «Mía es la venganza, yo pagaré», y también: «El Señor juzgará a su pueblo». ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo! Pero recuerden ustedes los tiempos pasados, cuando después de haber sido iluminados soportaron ustedes los sufrimientos de una gran lucha. Algunas veces fueron expuestos públicamente a las burlas y las aflicciones, y otras veces llegaron a ser compañeros de los que enfrentaban una situación semejante. Además, ustedes también se compadecieron de los presos, y gozosos soportaron el despojo de sus propios bienes, sabedores de que en los cielos tienen una herencia mejor y permanente. Por lo tanto, no pierdan la confianza, que lleva consigo una gran recompensa. Lo que ustedes necesitan es tener paciencia; para que, una vez que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido darnos. «Porque dentro de muy poco tiempo el que ha de venir, vendrá y no tardará. Pero el justo vivirá por la fe; y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.» Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que tienen fe y salvan su alma.