Señor, yo me conduzco con integridad, y en ti confío sin vacilar; ¡hazme justicia! ¡Ponme a prueba, Señor! ¡Examíname! ¡Escudriña mis anhelos y mis pensamientos! Siempre tengo presente tu misericordia, y jamás me aparto de tu verdad. No convivo con gente falsa, ni me junto con gente hipócrita. Aborrezco las reuniones de los malvados, y no tengo parte con ellos. Señor, mis manos están limpias de pecado, así que puedo acercarme a tu altar y prorrumpir en cantos de alabanza para contar todas tus maravillas. Señor, yo amo la casa en que resides, la mansión donde se posa tu gloria. ¡No me arrebates la vida junto con los pecadores y asesinos! ¡Tienen la maldad en la punta de los dedos! ¡Su diestra está llena de sobornos! Yo, en cambio, me conduzco con integridad; ¡sálvame y ten compasión de mí! Plantado estoy en terreno firme, y te bendigo, Señor, en las reuniones de tu pueblo.
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