Los malvados no resisten la justicia de los buenos. Si eres pobre, ni tus amigos te buscan; si eres rico, todo el mundo es tu amigo. No debes despreciar al amigo; ¡si eres bueno con los pobres, Dios te bendecirá! Los que piensan hacer lo malo cometen un grave error; los que procuran hacer lo bueno reciben el gran amor de Dios. Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza. La riqueza del sabio es su sabiduría; la pobreza del tonto es su estupidez. El testigo que dice la verdad salva a otros de la muerte, pero hay testigos mentirosos. El que obedece a Dios ya tiene un poderoso protector para él y para sus hijos. El que obedece a Dios tiene larga vida; ha escapado de la muerte. Para el rey es un orgullo gobernar a un pueblo numeroso; ¡qué vergüenza es para él no tener a quién gobernar! El sabio domina su enojo; el tonto no controla su violencia. Mente sana en cuerpo sano; por eso la envidia te destruye por completo. Quien le quita todo al pobre ofende a Dios, su creador; quien obedece a Dios trata bien al pobre. El malvado fracasa por su maldad; pero el hombre bueno confía en Dios hasta la muerte. En la mente del sabio hay lugar para la sabiduría; pero la gente tonta no llega a conocerla. El orgullo de un pueblo es que se haga justicia; la desgracia de los pueblos es que se cometa pecado. El ayudante inteligente se gana el aprecio del jefe, pero el empleado sinvergüenza provoca su enojo.
Leer Proverbios 14
Compartir
Comparar todas las versiones: Proverbios 14:19-35
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos