LUCAS 12
12
Hipocresía religiosa
1Mientras muchísimas personas se aglomeraban y se atropellaban unas a otras, Jesús se dirigió primero a sus discípulos:
– Ustedes deben cuidarse para no ser contaminados por la levadura de los fariseos, es decir, la hipocresía. 2Porque no hay nada escondido que no se descubrirá, ni oculto que no será conocido. 3Por tanto, lo que ustedes digan en la oscuridad, saldrá a la luz y lo que hablaron en secreto en los cuartos, será divulgado en las terrazas.
A quién debemos temer
4Jesús añadió:
– Les digo, mis amigos, que no teman a los que matan el cuerpo, eso es todo lo que pueden hacer. 5Les dejaré claro a quién deben temer: teman a aquel que no solo puede quitarles la vida, sino que también tiene el poder de mandarlos al quemadero de basura#Γέενναν (Géhennan), sustantivo femenino, primera declinación, segunda sección, caso acusativo, singular; viene del nominativo Γέεννα (Géhenna), traduce: valle del Hinnóm, Gehenna (o Ge-hinóm), indica un lugar, un valle en Jerusalén. El término usado figurativamente indica el nombre de un lugar, teológicamente indica el estado, el castigo eterno. El trasfondo y origen se encuentra en las palabras hebreas גַּיְא (gai) que significa valle o desfiladero e הִנֹּם (Hinnóm), de estos términos se forma la palabra en español “valle de Hinnóm”. En la época de Jesús había un lugar conocido con el nombre de Géhenna porque era donde se quemaba la basura de Jerusalén. Al final de la Edad Media, por influencia de la obra de Dante Alighieri La Divina Comedia, el término Géhenna fue reemplazado por “Infierno”, del latín “inferus” que significa “debajo de…” de donde se deriva la palabra inferior, idea que actualmente se tiene de infierno.. Por eso les digo, mejor témanle a Él. 6¿No se venden cinco pajaritos por solo unas moneditas? Pero no importa, porque Dios no se olvida de ninguno de ellos. 7Así también se preocupa por ustedes, así que no tengan miedo, pues hasta los cabellos de sus cabezas están contados, porque ustedes valen más que muchos pajaritos.
La opción por Jesús
8Les aseguro que cualquier persona que me reconozca delante de la gente, es decir, que testifique de mí con su propia vida#ὁμολογήσει (jomologuései), verbo en voz activa, modo indicativo, tiempo futuro, segunda persona del singular, traduce: confesará, viene del verbo ὁμολογέω (jomologuéo) traduce: confesar con acciones, confesar con el testimonio, confesar con la vida. En griego, hay varios verbos que significan confesar, algunos significan confesar en un juicio, bajo juramento, otros significan confesar con la boca de algo que hizo o vio. El verbo ὁμολογέω (jomologuéo) denota una confesión que va más allá de las palabras, es confesar con acciones. Pablo, en Ro. 10:9, utiliza el verbo para indicar el testimonio de una persona que no puede hablar, pero sí puede testificar con su vida. Vive con transparencia e integridad, es ejemplo de testimonio cristiano., también el Hijo del Hombre la reconocerá, y dará testimonio de ella delante de los ángeles de Dios; 9pero cualquier persona que me niegue delante de la gente, será negada delante de los ángeles de Dios. 10A cualquiera que diga algo contra el Hijo del Hombre, se le perdonará, pero a quien blasfeme contra el Espíritu Santo#βλασφημήσαντι (blasfemésanti), verbo sustantivado, voz activa, modo participio, tiempo aoristo, caso dativo, masculino, singular, traduce: habiendo insultado injuriosamente, viene del verbo βλασφημέω (blasfeméo), que traduce: blasfemar, difamar, injuriar, hablar contra, insultar. El trasfondo histórico del término βλασφημία (blasfemía) se encuentra en los pueblos antiguos. En muchas culturas teocráticas, en Israel y en pueblos circundantes a Israel, la blasfemia era un delito grave, penalizado hasta con la muerte. En la antigua Mesopotamia, en su código de Hammurabi, promulgado hacia el año de 1250 a.C., en las 282 prescripciones constaba el delito de la blasfemia. Según el código y otras leyes antiguas, aprobadas durante el siglo XIII a.C., la blasfemia consistía en dirigir o proferir palabras injuriosas y calumniosas contra la divinidad; la persona que incumplía esta ley ameritaba el castigo de la muerte. El Antiguo Testamento concibe la blasfemia de la misma forma que las culturas cercanas al pueblo de Israel. Lv. 24:10-23, nos muestra un ejemplo del castigo de quien incurría en la blasfemia, acción que fue penalizada con la muerte, a través de la lapidación. La cita describe a un joven que dijo palabras calumniosas contra Dios, lo que nos indica que las leyes antiguas judías contemplaban la blasfemia como un delito público y ejercían castigo público muy severo. En el siglo III a.C., con la influencia griega, y posteriormente romana, se mantuvo la misma idea del delito de la blasfemia, es decir, palabras dirigidas contra la divinidad. Pero el delito se tipificó de manera más profunda y se establecieron dos tipos de blasfemias: directa e indirecta. La blasfemia directa consistía en acciones o palabras dirigidas a la divinidad; y la blasfemia indirecta consistía en proferir palabras y acciones dirigidas al santuario o calumnias contra un sacerdote que representaba la divinidad. En el siglo I d.C., antes de la formación de los Evangelios y de los escritos neotestamentarios, la iglesia primitiva adoptó el concepto de blasfemia igual que la concepción greco-romana. A los dos tipos de blasfemia se añadió un tercer tipo, el cual consistía en la actitud del creyente, es decir, “cerrar el corazón e impedir con su actitud que la acción de Dios obrara en su vida”, no permitir que el Espíritu Santo realice la obra salvífica en el corazón; acción divina que obra el arrepentimiento, permite vivir la obra pascual y cumplir con la ética de Jesucristo en nuestras vidas. De tal manera, el concepto de blasfemia y su consecuencia en el Nuevo Testamento y en los escritos de los Padres de la Iglesia, nos dice que podría ser perdonado si era de forma directa o indirecta, incluso si se dirigía al Hijo de Dios, pero cuando la blasfemia se dirigía al Espíritu Santo, aunque no fuera con palabras y la persona negaba la acción de Dios por medio del Espíritu en su vida, cerraba las puertas a la conversión y la consecuencia era la condenación. Por ello, la blasfemia contra el Espíritu Santo consiste en cerrar la posibilidad de la obra del Espíritu Santo en el creyente, no permitir la interiorización del Evangelio que lleva a una transformación de vida, ya que el Espíritu tiene la función de convencer de pecado, de justicia, de juicio; si el creyente no tiene conciencia de ello, no tendrá un arrepentimiento genuino e imposibilitará el perdón., no se le perdonará.
11Cuando los lleven ante las sinagogas, a los jueces y a las autoridades, para ser juzgados, no se preocupen de cómo se van a defender y qué van a decir; 12porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deben responder.
Parábola del rico tonto
13Entonces uno de la multitud le dijo a Jesús:
– Maestro, dile a mi hermano que me dé la herencia que me corresponde.
14Mas Jesús respondió:
– ¿Quién me nombró juez o repartidor de bienes sobre ustedes?
15Y Jesús continuó diciendo:
– Por favor, cuídense de toda avaricia, porque el perfeccionamiento de la vida plena#ζωή (zoé), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, en caso nominativo singular, traduce: vida. En griego hay dos sustantivos que traducen al español vida, conceptos diferentes, pero a la vez complementarios. La primera palabra es el sustantivo βίος (bíos), traduce vida. Indica una vida en función biológica o fisiológica, designa el hecho de estar vivo, de respirar. La segunda palabra que traduce vida es ζωή (zoé), aunque también significa vida, se refiere al perfeccionamiento de la vida biológica, al desarrollo de las posibilidades de la existencia como ser vivo; por ejemplo, mantener una salud buena, alimentarse provechosamente, desarrollar la vida emocional, espiritual, social y disfrutar de una existencia plena. En el Nuevo Testamento se emplea el ζωή (zoé) con relación a Cristo. Cristo es el fundamento de una vida plena que conduce a la salvación. no depende de tener muchos bienes.
16Entonces explicó con una comparación:
– Un hombre rico produjo una gran cosecha en su campo; 17y él pensó: “¿Qué haré? No tengo donde guardar tantos frutos”. 18Y dijo: “Ya sé que voy a hacer, derribaré todos mis graneros y edificaré unos más grandes y allí guardaré toda mi cosecha y mis bienes”. 19Y me diré a mí mismo: “¡Tienes bastante acumulado para muchos años, entonces tranquilo, descansa, come, bebe y diviértete!”. 20Pero Dios le dijo: “Tonto, esta noche morirás y entonces, ¿quién se quedará con todas estas cosas que guardaste?”.
21Así les pasa a los que acumulan riquezas solo para sí mismos; se creen muy ricos, pero en realidad son pobres ante Dios.
No vale la pena preocuparse
22Jesús continuó aconsejando a sus discípulos:
– No se estresen demasiado por lo que van a comer, ni por la ropa que se van a poner; 23porque la vida es más importante que el alimento y el cuerpo es más importante que la ropa. 24Observen a las aves, que ni siembran, ni cosechan, ellas no tienen graneros, ni bodegas para guardar los alimentos, pero Dios las sustenta, ¡cuánto más a ustedes que valen mucho más que las aves! 25¿Qué ganan con preocuparse? ¿Acaso preocupándose podrán cambiar las limitaciones humanas frente a la existencia? 26Si con la preocupación no logran solucionar nada, ¿por qué siguen preocupándose? 27Consideren las flores del campo, no cosen, ni trabajan para hacerse sus vestidos y sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón, con todas sus riquezas y gloria, se vistió tan bien como ellas. 28Así que, si Dios cuida a la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada al horno, ¿no creen que Dios los cuidará mucho mejor a ustedes? ¡Gente de poca fe! 29Por eso ustedes no deben estar ansiosos ni por la comida, ni por la bebida. 30Porque la gente del mundo busca con afán todas estas cosas, pero el Padre de ustedes, ya sabe que las necesitan. 31Lo más importante es que busquen el reino de Dios, y todo lo demás será añadido.
La riqueza verdadera
32¡No teman, mi pequeño rebaño! Porque a Dios, su Padre, le agradó darles a ustedes el reino.
33Vendan sus bienes y usen el dinero para dar limosna a los necesitados; acumulen riquezas que no se dañen, hagan un tesoro inagotable en el cielo, donde los ladrones no podrán robarlo, y la polilla no podrá destruirlo. 34Porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón.
Estén atentos
35¡Estén listos! Bien vestidos y con sus lámparas encendidas; 36sean como los empleados que están esperando a que su jefe regrese de una fiesta de bodas, pendientes de que su jefe llame a la puerta para abrirle de inmediato. 37Felices aquellos empleados, que cuando su jefe llega, los encuentre atentos; en verdad les digo, que el jefe los invitará a la mesa, y él mismo les servirá. 38Dichosos serán esos empleados, que sin importar la hora o la cantidad de veces que su jefe llegue, siempre los encuentra atentos y vigilantes. 39Sepan esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora viene el ladrón, estaría atento y no permitiría que robe su casa. 40En conclusión, estén atentos, porque no se sabe a qué hora vendrá el Hijo del Hombre.
41Entonces, Pedro dijo:
– Señor, ¿esta enseñanza es solo para nosotros o para todos?
42Y Jesús le respondió:
– ¿Quién es el administrador responsable y digno de confianza? Ese será a quien el señor de la casa encargará como gerente, para que alimente a todo su personal en el tiempo correcto. 43Feliz aquel empleado, que cuando venga el jefe, lo encuentre obrando correctamente; 44les aseguro que lo pondrá a administrar todos sus bienes. 45Pero supongamos que aquel administrador piensa: “mi jefe tardará mucho en regresar” y empieza a golpear a los demás empleados, a comer mucho, y a emborracharse; 46entonces cuando llegue su jefe, en el día y hora que él menos se lo espere, lo castigará duramente, y lo pondrá junto con los infieles. 47Aquel empleado conocía la voluntad de su jefe, y no se preparó para cumplirla, todo lo contrario, actuó deliberadamente contra su voluntad, por eso, será castigado con una severa sanción laboral. 48Sin embargo, si un empleado no conoce bien la voluntad de su jefe y se equivoca, recibirá una sanción en menor proporción; pues todo aquel a quien se le confió mucho, se le exigirá mucho, al que tiene más privilegio, le será requerida mayor responsabilidad.
Jesús advierte a sus discípulos sobre las persecuciones
49Jesús siguió diciendo:
– Vine a traer fuego#πῦρ (pur), sustantivo neutro de la tercera declinación, caso nominativo, singular, traduce: fuego, candela. En la teología judía, especialmente en la literatura rabínica del periodo intertestamentario, el fuego era un elemento teofánico y estaba relacionado con la purificación divina, limpieza y transformación. En la literatura apocalíptica se usa mucho la figura del fuego, para decir que Dios va a limpiar, consagrar, purificar, y trasformar; no hay que entender el término fuego en sentido literal. De acuerdo con el contexto del texto, el fuego también tiene una relación directa con el juicio divino, que produce un cambio positivo. sobre la tierra ¡Y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! 50Pero primero tengo que pasar por un bautismo#βαπτισθῆναι (baptisthenai), verbo, modo infinitivo, voz media o pasiva, tiempo aoristo, que traduce: bautizado, viene del verbo βαπτίζω (baptízo), que significa sumergirse para ser levantado, este verbo no necesariamente hace referencia a un bautismo en agua, también puede tener la connotación de sumergirse en otras situaciones, en problemas, para después ser levantado. La literatura neotestamentaria y los escritos de los Padres de la Iglesia usan la figura del bautismo para relacionar la obra pascual de Cristo en la cruz, encontramos una referencia sobre esta teología en la carta de Pablo a los Romanos (cap. 8) y también en la Didajé. En este texto, Jesús usa la expresión βαπτισθῆναι (baptisthenai) como una metáfora teológica de su martirio, muerte, sepultura y resurrección. Desde esta perspectiva se fundamenta el rito de iniciación cristiana, que es el bautismo, como un acto público que significa muerte de la vieja naturaleza, sumergirse en un proceso de cambio, arrepentimiento, transformación y purificación, para ser levantado a una nueva vida, ser resucitado en una nueva naturaleza cristiana, morir para el mundo y vivir para Dios. Jesús es el ejemplo máximo de amor sacrificial, murió por nosotros, para que tengamos vida eterna, por eso debemos asumir un compromiso de hacer morir a nuestro yo, para que Él viva en nosotros a través del amor sacrificial., la prueba de la muerte y de la sepultura, tendré que sumergirme para después ser levantado, y vivo esta angustia hasta que se cumpla ese momento. 51¿Ustedes piensan que he venido a traer una aparente paz, fundamentada en la hipocresía? No vine a traer una paz hipócrita, más bien vine a traer una verdadera paz que se fundamenta en la justicia y puede generar conflictos. 52Porque de ahora en adelante, habrá persecuciones por mi causa, los que son mis discípulos serán maltratados hasta por su propia familia; una casa en que haya cinco integrantes, se dividirá contra sí misma, estarán tres contra dos y dos contra tres; 53estarán divididos, hijos contra sus padres, hijas contra sus madres, nueras contra sus suegras.
Entiendan los tiempos
54Entonces, Jesús dirigiéndose a la multitud, dijo:
– Cuando ustedes ven una nube que se levanta del occidente, inmediatamente dicen: “Va a llover”, y así sucede; 55y cuando el viento sopla desde el sur, ustedes dicen: “Va a hacer calor”, y así pasa. 56¡Hipócritas! Ustedes saben distinguir los tiempos con relación a los fenómenos naturales que producen la tierra y el cielo, ¿Cómo es posible que no pueden entende, ni interpretar lo que está pasando en estos tiempos?
Traten de vivir todos en paz
57¿Por qué ustedes mismos no tratan de llegar a acuerdos para hacer lo correcto? 58Cuando tu adversario te demande a la fiscalía, procura reconciliarte con él en el camino, no sea que te conduzca por la fuerza ante el juez, y el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel; 59Les digo esto para evitar que vayan a la cárcel, porque si llegan a ir a la cárcel, no saldrán de allí hasta que paguen el último centavo que deban.
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Ευαγγελιο: Traducción Contemporánea de la Biblia.
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