Éxodo 3
3
Dios llama a Moisés
1Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb.#3.1 Horeb: monte más conocido con el nombre de Sinaí e identificado tradicionalmente con la montaña que los árabes llaman Yébel Musa, al sur de la península del Sinaí. Sin embargo, su ubicación se discute y se han propuesto otros lugares, como el Yébel Serbal, situado más al oeste, o algún otro monte al noroeste de Arabia. Cf. Ex 19.1-2; Dt 1.2; Gl 4.24-26. 2Allí el ángel del Señor#3.2 El ángel (Lit. el mensajero o enviado) del Señor no es aquí un ser distinto de Dios (cf. v. 4), sino el mismo Señor en cuanto que se hace presente para comunicar un mensaje. Véase Gn 16.7 nota. se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés se fijó bien y se dio cuenta de que la zarza ardía con el fuego, pero no se consumía. 3Entonces pensó: «¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.»
4Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—¡Moisés! ¡Moisés!
—Aquí estoy —contestó Moisés.
5Entonces Dios le dijo:
—No te acerques. Y descálzate,#3.5 Todavía hoy persiste entre los musulmanes la costumbre de quitarse las sandalias, en señal de respeto, antes de entrar en un lugar sagrado. porque el lugar donde estás es sagrado.
6Y añadió:
—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.#3.6 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob: El Dios que se revela a Moisés es el mismo que antes se había revelado a los patriarcas (cf. Gn 26.24; 46.3-4). Esta referencia a la historia patriarcal relaciona, una vez más, los relatos del Éxodo con las promesas hechas a los antepasados de Israel (cf. Ex 6.2-3).
Moisés se cubrió la cara,#3.6 Se cubrió la cara: Repetidamente se afirma, en el AT, que ningún hombre puede ver a Dios y seguir viviendo (Ex 33.20; Is 6.5; cf. Gn 32.30[31]; Dt 5.24-27; Jue 6.22-23; 13.21-22). En cuanto a la enseñanza del NT, cf. 1 Co 13.12; 1 Jn 3.2. pues tuvo miedo de mirar a Dios, 7pero el Señor siguió diciendo:
—Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. 8Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua.#3.8 Tierra... donde la leche y la miel corren como el agua: expresión común en el Pentateuco para describir la abundancia y fecundidad de la tierra prometida. Cf. Dt 8.7-9. Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.#3.8 Con respecto a los antiguos pobladores de Canaán, véase Gn 10.16-18 n. La lista que aquí se menciona, u otra semejante, se repite casi como un estribillo, por ej., en Ex 13.5; 23.23; 33.2; Dt 7.1; Jos 3.10; 9.1; Jue 3.5. 9Mira, he escuchado las quejas de los israelitas, y he visto también que los egipcios los maltratan mucho. 10Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.#3.2-10 Cf. Hch 7.30-34.
11Entonces Moisés le dijo a Dios:
—¿Y quién soy yo#3.11 ¿Y quién soy yo...?: Moisés ve la desproporción entre su propia capacidad y la enorme tarea que se le confía. Cf. Jue 6.15; 1 S 9.21; Jer 1.6. para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?
12Y Dios le contestó:
—Yo estaré contigo,#3.12 Yo estaré contigo: Cf. Gn 28.15; Jos 1.9; Jue 6.12-16; 2 S 7.9; Jer 1.8; Lc 1.28. y esta es la señal de que yo mismo te envío: cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán en este monte.#3.12 Cf. Hch 7.7.
13Pero Moisés le respondió:
—El problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: “El Dios de sus antepasados#3.13 El Dios de sus antepasados: Cf. Ex 6.3. me ha enviado a ustedes”, ellos me van a preguntar: “¿Cómo se llama?”#3.13 ¿Cómo se llama?: Lit. ¿Cuál es su nombre? Hablar o actuar en nombre de una persona es asumir su representación y participar de su autoridad (cf. 1 S 17.45; 1 R 21.8; Est 3.12; 8.8). Moisés alega que conocer el nombre personal de Dios es condición necesaria para el cumplimiento de su misión, porque el hecho de poder mencionarlo ante los israelitas era una prueba de que Dios se lo había revelado y le había dado autoridad para hablar y actuar de parte suya. Y entonces, ¿qué les voy a decir?
14Y Dios le contestó:
—YO SOY EL QUE SOY.#3.14 YO SOY EL QUE SOY: Esta frase explica el nombre personal del Dios de Israel, Yahvé (véase 3.15 n.) asociándolo al verbo hebreo hayah, que significa «ser», «existir» y, a veces, también «acontecer». De esta frase se han dado numerosas interpretaciones, pero no todas merecen la misma atención. Según algunos intérpretes, el mismo verbo, al ser repetido, refuerza su significado y adquiere mayor intensidad, de manera que YO SOY EL QUE SOY equivale a Yo soy el que existe realmente y por sí mismo, no como los falsos dioses que no son ni pueden nada. Otros señalan que la frase puede traducirse también por Yo soy lo que soy y, por lo tanto, se trata de una respuesta evasiva: Yo no doy a conocer mi nombre, porque ninguna palabra sería capaz de expresar lo que yo soy (cf. Gn 32.29[30]; Jue 13.18). Otros, finalmente, hacen notar que el verbo hebreo hayah, a diferencia de nuestro verbo ser, no designa la mera existencia sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, la frase significa Yo soy el que estaré siempre con ustedes para salvarlos. Y dirás a los israelitas: “YO SOY#3.14 Véanse Jn 8.24 n.; Ap 1.4 nota. me ha enviado a ustedes.”
15Además, Dios le dijo a Moisés:
—Di también a los israelitas: “El Señor,#3.15 El Señor: versión tradicional del nombre propio del Dios de Israel, que en hebreo se escribe con las cuatro consonantes YHWH (de aquí, añadiendo las vocales correspondientes, resulta la forma Yahweh, transcrita habitualmente como Yahvé). Hacia el siglo IV a.C., los judíos dejaron de pronunciar este nombre divino y decían en su lugar Adonai (el Señor). Esto hizo que la versión griega (LXX) utilizara la palabra Kyrios (el Señor) en lugar de Yahvé. El texto hebreo pone las vocales de Adonai allí donde se encuentra el nombre YHWH, y esta combinación ha dado origen a la forma Jehová. el Dios de los antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.” Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por todos los siglos. 16Anda, reúne a los ancianos#3.16 Aquí se menciona por primera vez a los ancianos como representantes y autoridades del pueblo israelita. Cf. Nm 11.16; y véase Jl 1.2 nota. de Israel y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo que ha puesto su atención#3.16 Puesto su atención: Lit. visitado. El verbo hebreo traducido por visitar, cuando se refiere a Dios, puede tener, en el AT, dos sentidos diversos: uno positivo, de cuidado, ayuda y beneficio, y otro negativo, de juicio y castigo. en ustedes, y que ha visto el trato que les dan en Egipto. 17También me dijo que los va a librar de los sufrimientos en Egipto, y que los va a llevar al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos; a una tierra donde la leche y la miel corren como el agua.” 18Los ancianos te harán caso; entonces tú irás con ellos a ver al rey de Egipto, y le dirás: “El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Por lo tanto, déjanos ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, a ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.” 19Sin embargo, yo sé muy bien que el rey de Egipto no los dejará salir, si no es por la fuerza.#3.19 Si no es por la fuerza: según versiones antiguas; heb. ni siquiera por la fuerza. 20Por lo tanto, yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón los dejará salir. 21Además, yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las manos vacías. 22Cada mujer pedirá a su vecina, o a cualquier otra mujer que viva con ella, que le dé objetos de plata y de oro, y vestidos, con los que ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan.#3.21-22 Cf. Ex 11.2-3; 12.35-36.
Actualmente seleccionado:
Éxodo 3: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.