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Santiago 1

1
Saludo
1Santiago,#1.1 Santiago: Véase Introducción. siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de Israel esparcidas por todo el mundo.#1.1 Las doce tribus... mundo: Lit. las doce tribus en la Dispersión (gr. diaspora), expresión que, en su sentido literal, designa a los judíos que quedaron esparcidos entre las naciones después del cautiverio babilónico. Aquí abarca a los creyentes en Cristo esparcidos en el mundo, incluidos los de procedencia judía.
Fortaleza en las pruebas
2Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas#1.2 Pruebas: Véase 1.12-14 n. de toda clase. 3Pues ya saben que cuando su fe#1.3 Fe: aquí se entiende sobre todo como constancia o fidelidad en la conducta dictada por el evangelio. En otros lugares de la carta se usa este término con matices diferentes. Cf. Stg 1.6, y véase 2.14 n. es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento.#1.2-3 Ro 5.3-5; 1 P 1.6-7; cf. Eclo 2.1-5; Sab 3.5-6. 4Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada.
5Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno.#1.5 Stg 3.13-17; cf. 1 R 3.7-12; Pr 1—9; Sab 8.21—9.18, y véase la Introducción. 6Pero tiene que pedir con fe,#1.6 Orar con fe implica hacerlo con plena confianza en la fidelidad y bondad del Señor. Véanse Stg 1.3 n. y 2.14 n. sin dudar nada;#Mc 11.24; Jn 16.23-24. porque el que duda es como una ola del mar, que el viento lleva de un lado a otro.#1.6 Cf. Ef 4.14. 7Quien es así, no crea que va a recibir nada del Señor, 8porque hoy piensa una cosa y mañana otra,#1.8 Hoy piensa una cosa y mañana otra: Lit. es de doble ánimo. Se refiere a quienes fluctúan entre dos modos contradictorios de comportarse. Éste es un tema sobresaliente en Stg. (Cf. 2.4,9,10,26; 4.8; cf. también 1 R 18.21; Os 10.2.) y no es constante en su conducta.
9El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de ser enaltecido por Dios;#1.9 Cf. Jer 9.23-24 (22-23); Lc 6.20. 10y el rico de ser humillado. Porque el rico es como la flor de la hierba, que no permanece.#1.9-10 El autor enseña que las diferentes condiciones sociales no crean superioridad o inferioridad dentro de las comunidades cristianas, porque estos valores no son los que cuentan ante Dios. Santiago continúa la tradición del AT y de la enseñanza de Jesús (cf. Pr 22—23; Am 8.4-7; Mt 5.3,5; Lc 6.20,24). 11Cuando el sol sale y calienta con fuerza, la hierba se seca, su flor se cae y su belleza se pierde.#1.10-11 Is 40.6-7, citado también en 1 P 1.24-25. Así también, el rico desaparecerá#1.11 Desaparecerá: Lit. se marchitará, aplicando al rico la imagen de la hierba y la flor. en medio de sus negocios.#1.11 En medio de sus negocios: Lit. en sus andanzas, que puede traducirse también en el curso de su vida.
12Dichoso#1.12 Dichoso: Se usa la forma literaria de la «bienaventuranza»; véase Mt 5.3-12 n. el hombre que soporta la prueba#1.12-14 La misma palabra griega traducida en 1.12 (y en 1.2) como prueba puede traducirse también como tentación (1.13-14; véase Mt 6.13 nota.). El autor juega aquí con ambos sentidos. con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona#1.12 Corona: Cf. Sab 5.15. Véanse 1 Co 9.25 nota; 2 Ti 4.8 n.; cf. también 1 P 5.4; Ap 2.10. que Dios ha prometido a los que lo aman. 13Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga.#1.13 Aunque muchos textos de la Biblia insisten en que Dios es la causa de todo (cf. Ex 4.21; Ro 9.18), Santiago aclara que Dios no induce a nadie a hacer lo malo. 14Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. 15De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte.
16Queridos hermanos míos, no se engañen: 17todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos.#1.17 Cf. Nm 23.19; Mal 3.6. Alusión a los cambios de posición y de luminosidad de los astros. 18Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad,#1.18 Mensaje de la verdad: Sal 119.43; Ef 1.13; Col 1.5; 1 P 1.23-25. para que seamos los primeros frutos#1.18 Primeros frutos: Jer 2.3; Ap 14.4. de su creación.
Necesidad de poner en práctica el mensaje
19Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse.#1.19 Pr 13.3; 15.1; Ec 7.9; Eclo 5.11-12. 20Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios. 21Así pues, despójense#1.21 Despójense: Véase Ro 13.12 nota. ustedes de toda impureza#Col 3.8-10; 1~P 2.1. y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos.
22Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica,#1.22 Tema sobresaliente que se desarrolla en Stg 2.14-26; cf. Esd 7.10; Mt 7.21,24-27; Lc 11.28. pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. 23El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: 24se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es. 25Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad,#1.25 Esta ley es el evangelio en cuanto que lleva a la perfección la ley del AT. La perspectiva de Pablo en Ro 8.2 es diferente. y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace.
26Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua,#1.26 Tema muy frecuente en la literatura sapiencial. Cf. Sal 34.13 (14); Pr 18.21; Eclo 19.6-16; 28.13-26; 37.18. se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada. 27La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.#1.27 Los dos temas del v., a saber, la ayuda a los pobres y el no mancharse con la maldad del mundo, dirigen al lector a los caps. 2 y 4 respectivamente. Cf. Is 1.16-17; Eclo 4.10.

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Santiago 1: DHH94I

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