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Jeremías 13

13
Acción simbólica sobre la infidelidad de Israel#13.1-11 Los profetas anunciaban su mensaje no solamente de viva voz, sino que a veces reforzaban sus palabras con acciones simbólicas. Estas acciones podían formar parte de la vida misma del profeta, como el matrimonio de Oseas (caps. 1—3), el celibato de Jeremías (16.1-4) o la viudez de Ezequiel (24.15-27), o podían referirse a determinados objetos en circunstancias particulares (cf. por ej., Jer 19). Además, estas acciones simbólicas eran algo más que meras ilustraciones visuales del mensaje anunciado, ya que de alguna manera llevaban a la realidad aquello que anunciaban (cf. Jer 25.15-19; 27.1-3,12; 32.1-15; 43.8-13; 51.59-64). Textos como 1 R 22.11 y Jer 28.10-11 muestran que también los falsos profetas realizaban acciones semejantes.
1El Señor me dijo: «Ve y cómprate un cinturón de lino y póntelo en la cintura, pero no lo mojes con agua.»#13.1 Un cinturón de lino: es decir, confeccionado con tela valiosa. La orden de no sumergirlo en el agua manifiesta la intención de evitarle todo contacto que lo deteriorara. 2Yo compré el cinturón, como el Señor me lo había ordenado, y me lo puse en la cintura. 3Entonces me habló de nuevo el Señor y me dijo: 4«Toma el cinturón que compraste y que tienes puesto, vete al río Éufrates#13.4 Río Éufrates: heb. Perat. Para llegar hasta el río Éufrates y volver, Jeremías habría tenido que recorrer a pie no menos de 1.200 km., y esto le hubiera exigido realizar un viaje de unos cuantos meses (cf. Esd 7.8-9). Por eso se ha sugerido que el texto no se refiere a ese río de Mesopotamia, sino a una población llamada Pará (cf. Jos 18.23), que se encontraba, lo mismo que Anatot, en territorio de Benjamín. Nótese, sin embargo, que la palabra Perat se emplea normalmente en la Biblia hebrea para designar el río Éufrates. y escóndelo allí, en la grieta de una roca.» 5Fui entonces al río Éufrates y lo escondí, como el Señor me lo había ordenado.
6Al cabo de mucho tiempo, el Señor me dijo: «Ve al río Éufrates y trae el cinturón que te ordené que escondieras allá.» 7Fui al río Éufrates, busqué en la tierra y saqué el cinturón del sitio en que lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada.#13.6-7 Para evitar la dificultad que plantea este doble viaje hasta el Éufrates, algunos intérpretes opinan que aquí no se trata de una acción simbólica ejecutada realmente, sino de una parábola o de una visión profética (cf. Jer 25.15-29). Otros piensan, quizá con mayor probabilidad, en una dramatización comparable a las de Ez 12.1-16; 21.18-22 y realizada por Jeremías en el mismo territorio de Judá. El río Éufrates podría haber sido representado simbólicamente con un dibujo o con cualquier otra imagen visual.
8Entonces el Señor se dirigió a mí una vez más, 9y me dijo: «De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y Jerusalén. 10Este pueblo malvado se niega a obedecer mis órdenes y sigue tercamente las inclinaciones de su corazón. Se ha ido tras otros dioses, para servirlos y adorarlos. Es como ese cinturón, que no sirve para nada. 11Así como uno se aprieta el cinturón alrededor de la cintura, así tuve a todo el pueblo de Israel y a todo el pueblo de Judá muy unidos a mí, para que fueran mi pueblo y dieran a conocer mi nombre, y fueran mi honor y mi gloria. Pero no me obedecieron. Yo, el Señor, lo afirmo.#13.8-11 Es difícil percibir la correspondencia entre la acción simbólica y la interpretación aquí propuesta, porque la explicación no menciona para nada al río Éufrates. En todo caso, la acción en sí misma parece indicar que la población de Judá, simbolizada en el cinturón de lino, va a deteriorarse por causa del exilio a Babilonia.
Otra acción simbólica sobre el futuro castigo
12»Diles también: “El Señor, el Dios de Israel, dice: Cualquier vasija puede llenarse de vino.” Los israelitas te van a contestar: “¿Acaso no sabemos de sobra que cualquier vasija puede llenarse de vino?”#13.12 Cualquier vasija puede llenarse de vino: El profeta se vale de este proverbio popular, aceptado por todos sus oyentes, para anunciar una vez más el desastre que se avecina sobre el pueblo de Judá a causa de sus pecados (cf. Jer 1.13-16). 13Y tú les responderás: “El Señor dice: Voy a emborrachar#13.13 Voy a emborrachar: alusión al juicio de Dios sobre el pecado de su pueblo. En otros pasajes, el juicio divino sobre Israel o sobre las naciones se expresa simbólicamente con la imagen de la copa llena de vino, que el Señor hace beber hasta el fondo (cf. Is 51.17; Jer 25.15-29; 49.12; Ez 23.32-34; Ap 16). Véase Copa (cáliz) en el Índice temático. a todos los que viven en este país; a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los que viven en Jerusalén. 14Luego los romperé como vasijas, unos contra otros, padres e hijos por igual. No les tendré compasión; los destruiré sin misericordia y sin piedad. Yo, el Señor, lo afirmo.”»#13.14 En Jer 19.1-13, el profeta mismo rompe un cántaro para comunicar por medio de una acción simbólica un mensaje similar.
Advertencia a Israel
15¡Israelitas, el Señor ha hablado!
No sean orgullosos, escúchenlo con atención.
16Honren al Señor su Dios,
antes que él haga llegar la oscuridad
y tropiecen ustedes en los montes tenebrosos;
antes que él convierta en tinieblas,
en pesada sombra,
la luz que ustedes esperaban.#13.16 Cf. Am 5.18-20.
17Si ustedes no hacen caso,
lloraré en secreto a causa de su orgullo;
de mis ojos correrán las lágrimas,
porque se llevan preso el rebaño del Señor.
Mensaje de parte de Dios para el rey
18«Di al rey#13.18 El rey es, posiblemente, Joaquín, que ocupó el trono de Judá durante tres meses, después de la muerte de su padre en el año 598 a.C. Joaquín fue llevado cautivo a Babilonia y no volvió a su tierra natal. Cf. Jer 52.31-34. y a la reina madre:#13.18 La reina madre gozaba en Israel de honores especiales (cf. 1 R 2.19; 15.13). Según 2 R 24.8, el nombre de la madre de Joaquín era Nehustá.
“Bajen del trono, siéntense en el suelo,
pues de su cabeza ha caído
la corona que los adornaba.”
19Las ciudades del Négueb están sitiadas;#13.19 El Négueb es la región semidesértica que separa a Israel de Egipto (véase Índice de mapas y cf. Gn 12.9). Las ciudades del Négueb eran las ciudades situadas al sur de Judá, que también sufrían el asedio del ejército de Nabucodonosor (cf. 2 R 24.10).
nadie puede pasar.
Todos los de Judá fueron llevados al destierro,
a un destierro total.
20Alcen la vista y miren
cómo viene del norte el enemigo.#13.20 Acerca del enemigo que viene del norte, véase Jer 1.14-15 nota.
¿Dónde está el rebaño que yo te había confiado,
ese rebaño que era tu orgullo?
Anuncio del destierro de Israel
21»¿Y qué vas a decir, Jerusalén,
cuando tengas que ser gobernada
por gente que tú misma instruiste?
Te vendrán dolores
como a mujer de parto.#13.21 ¿Y qué vas... mujer de parto: texto probable. Heb. oscuro.
22Y si preguntas por qué te pasa esto,
debes saber que es por tus graves pecados;
¡por eso te han desnudado
y han abusado de ti!#13.22 ¡Por eso... abusado de ti!: La invasión de Jerusalén por el ejército de Babilonia se compara con la violación de una mujer (cf. v. 26).
23¿Puede un negro#13.23 Un negro: Lit. un etiope. Cf. Is 18.1-2. cambiar de color?
¿Puede un leopardo quitarse sus manchas?#13.23 Estas dos preguntas dan a entender hasta qué punto Jeremías veía a su pueblo sumergido en el pecado. Un juicio igualmente pesimista sobre el pecado de Judá y sobre sus posibilidades de conversión se encuentra en Jer 17.1. Sólo la transformación del corazón por medio de una especial acción divina puede hacer posible el retorno a Dios y la reconciliación con él. Véanse Jer 2.23 nota; 3.1 nota; 31.33 nota e.
Pues tampoco ustedes, acostumbrados al mal,
pueden hacer lo bueno.
24Por eso voy a dispersarlos a ustedes
como a paja que arrastra el viento del desierto.#13.24 Véase Sal 1.4 n.; cf. Os 13.3; Sof 2.2.
25Ese es tu destino, Israel,
eso has merecido que yo te haga.
Yo, el Señor, lo afirmo.
Pues te olvidaste de mí
y pusiste tu confianza en falsos ídolos.
26Yo también te voy a desnudar del todo
y a exponerte a la vergüenza.#13.26 Os 2.3(5).
27He visto tu pasión, tus adulterios,
tu vergonzosa conducta de prostituta,#13.27 Adulterios... prostituta: Véanse Jer 2.20 nota; 3.3 nota.
tus repugnantes acciones
en las colinas#13.27 En las colinas: Véase Jer 3.2 n. y en los campos.
¡Ay de ti, Jerusalén!,
¿cuánto tiempo seguirás estando impura?»

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Jeremías 13: DHH94I

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