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Jeremías 37

37
Petición de Sedequías a Jeremías#37.1—45.5 Los caps. 37—45 se refieren a los últimos años del reino de Judá, desde el reinado de Sedequías hasta la huida a Egipto del «resto» que sobrevivió a la catástrofe del año 586 a.C. Los episodios aquí relatados completan la información proporcionada por 2 R 24.18—25.26.
1Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso como rey de Judá a Sedequías, hijo de Josías, en lugar de Jeconías, hijo de Joaquim.#37.1 Cf. 2 R 24.17; 2 Cr 36.10. 2Pero ni Sedequías ni sus funcionarios ni el pueblo hicieron caso del mensaje que el Señor les dirigió por medio del profeta Jeremías.
3El rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías,#37.3 Jucal, hijo de Selemías: Cf. Jer 38.1. y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías,#37.3 Sofonías, hijo de Maaseías: Jer 21.1-2; 29.24-32. a ver al profeta Jeremías y decirle: «Ora por nosotros al Señor nuestro Dios.»#37.3 Véase Jer 21.1-2 nota. 4A Jeremías todavía no lo habían apresado, así que podía moverse libremente entre el pueblo. 5Mientras tanto, el ejército del faraón había salido de Egipto. Cuando los caldeos que estaban atacando Jerusalén lo supieron, se retiraron de allí.#37.5 La salida del ejército egipcio fue ordenada por el faraón Hofra (588-569 a.C.) y tenía como finalidad ayudar a Sedequías en su lucha contra Babilonia (posiblemente en el año 588 a.C.). Esta incursión obligó a los babilonios a levantar momentáneamente el asedio de Jerusalén. Cf. Jer 34.21.
6Entonces el Señor se dirigió al profeta Jeremías, y le ordenó decir 7de parte suya a los enviados: «Digan al rey de Judá, que los envió a consultarme, que el ejército del faraón, que se había puesto en camino para ayudarlos, ha regresado a Egipto. 8Los caldeos volverán para atacar la ciudad de Jerusalén, y la tomarán y le prenderán fuego. 9Yo, el Señor, les advierto: No se hagan ilusiones ni crean que los caldeos se van a retirar, porque no será así. 10Aun cuando ustedes derrotaran a todo el ejército caldeo que los está atacando, y no le quedaran más que unos cuantos hombres heridos en el campamento, esos hombres se levantarían y le prenderían fuego a la ciudad.»
Encarcelamiento de Jeremías
11Cuando el ejército de los caldeos se estaba retirando de Jerusalén, porque supieron que venía el ejército del faraón, 12Jeremías salió de la ciudad para dirigirse al territorio de Benjamín y ocuparse de la repartición de una herencia#37.12 Y ocuparse de la repartición de una herencia: traducción probable. Otra posible traducción: y recibir allí una herencia. El texto hebreo no permite saber con certeza si este pasaje se refiere a la compra del terreno relatada en Jer 32.1-15. entre los de su tierra. 13Pero cuando llegó a la Puerta de Benjamín,#37.13 La Puerta de Benjamín (cf. Jer 38.7) se encontraba probablemente en el lado norte del muro de Jerusalén y conducía al territorio ocupado por la tribu de Benjamín (cf. Jer 38.7). No debe confundirse con la puerta del mismo nombre en el edificio del templo (cf. Jer 20.2). un hombre llamado Irías, hijo de Selemías y nieto de Hananías, que era jefe de la guardia, detuvo a Jeremías y le dijo:
—¡Tú te vas a pasar a los caldeos!
14Jeremías respondió:
—¡No es verdad, no me voy a pasar a los caldeos!
Pero Irías no lo escuchó, sino que lo arrestó y lo llevó ante los funcionarios. 15Estos se pusieron furiosos con Jeremías, y mandaron que lo golpearan y lo encarcelaran en la casa de Jonatán, el cronista,#37.15 Jonatán, el cronista: Cf. Jer 37.20; 38.26. la cual habían convertido en cárcel. 16Jeremías fue a parar al calabozo del sótano,#37.16 Al calabozo del sótano: Lit. a la casa del pozo (o de la cisterna) y a las bóvedas. El significado preciso de la expresión no es del todo claro, pero lo cierto es que Jeremías fue encerrado en una celda subterránea, donde las posibilidades de sobrevivir eran escasas. Cf. Jer 38.6. donde estuvo mucho tiempo.
17El rey Sedequías ordenó que llevaran a Jeremías al palacio, y cuando Jeremías fue llevado ante el rey, este le preguntó en secreto:#37.17 Esta consulta en secreto indica que el rey temía a los funcionarios del reino que consideraban a Jeremías como un traidor (cf. Jer 38.4). Pero, por otra parte, pone de manifiesto la ansiedad de Sedequías por la gravedad de la situación y muestra que él reconocía a Jeremías como verdadero profeta. Cf. Jer 21.1-2; 37.3
—¿Hay algún mensaje del Señor?
Jeremías respondió:
—Sí, y es el siguiente: que Su Majestad va a caer en poder del rey de Babilonia.
18A su vez, Jeremías le preguntó al rey Sedequías:
—¿Qué crimen he cometido contra Su Majestad, o contra sus funcionarios, o contra el pueblo, para que me hayan metido en la cárcel? 19¿Dónde están esos profetas que aseguraban que el rey de Babilonia no los atacaría, ni a ustedes ni al país? 20Escuche ahora Su Majestad, y concédame esta petición que le voy a hacer: No permita que me lleven otra vez a la casa de Jonatán, el cronista, no sea que yo muera allá.
21Entonces el rey Sedequías ordenó que Jeremías quedara preso en el patio de la guardia y que cada día le llevaran un pan de la calle de los Panaderos.#37.21 La calle de los Panaderos: Este nombre indica que en la antigua Jerusalén las personas dedicadas a un mismo oficio se agrupaban en el mismo sector de la ciudad. Y esto se hizo así mientras hubo pan en la ciudad. De esta manera, Jeremías se quedó en el patio de la guardia.

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Jeremías 37: DHH94I

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