Judas 1
1
Saludo
1Judas,#1 Judas: Véase Introducción. siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, saluda a los que Dios el Padre ama y ha llamado, los cuales son protegidos por Jesucristo. 2Reciban ustedes abundancia de misericordia, paz y amor.
Denuncia de la conducta de algunos#3-16 Esta sección es muy parecida a 2 P 2.1-22; véanse las semejanzas citadas en las notas que siguen.
3Queridos hermanos, he sentido grandes deseos de escribirles acerca de la salvación que tanto ustedes como yo tenemos; pero ahora me veo en la necesidad de hacerlo para rogarles que luchen por la fe que una vez fue entregada al pueblo santo.#3 Fe: Véase 2 P 1.1 nota; cf. Jud 20. 4Porque por medio de engaños se han infiltrado ciertas personas a quienes las Escrituras ya habían señalado desde hace mucho tiempo para la condenación. Son hombres malvados, que toman la bondad de nuestro Dios como pretexto para una vida desenfrenada, y niegan a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo.#4 2 P 2.1-2.
Anuncio del castigo divino
5Aunque ustedes ya lo saben, quiero recordarles que el Señor,#5 El Señor: Algunos mss. dicen Dios; otros, Jesús. después que sacó de Egipto al pueblo de Israel,#5 Ex 12.51. destruyó a los que no creyeron.#5 Nm 14.29-30,35; 1 Co 10.1,5. 6Y a los ángeles que no conservaron su debido puesto, sino que dejaron su propio hogar, Dios los retiene en prisiones oscuras y eternas para el gran día del juicio.#6 2 P 2.4. Probable alusión a Gn 6.1-4. En el libro de Henoc (véase Jud 14-15 n.) se escribe detalladamente sobre el castigo de los ángeles a los cuales parece referirse el citado pasaje (cf. Gn 6.2). 7Lo mismo que esos ángeles, también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas se entregaron a la prostitución, y se dejaron llevar por vicios contra la naturaleza. Por eso sufrieron el castigo del fuego eterno y quedaron como advertencia para todos.#7 2 P 2.6. Cf. Gn 19.1-24.
8A pesar de ello, también esos hombres, viviendo en sueños, contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad del Señor e insultan a los poderes superiores.#8 2 P 2.10. 9El mismo arcángel Miguel,#9 Miguel: mencionado en Dn 10.13,21; 12.1; Ap 12.7. cuando luchaba contra el diablo disputándole el cuerpo de Moisés,#9 El cuerpo de Moisés: Dt 34.5-6. no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que solamente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!»#9 Le dijo: “¡Que el Señor te reprenda!” Cf. Zac 3.2; 2 P 2.11. Según una tradición judía, cuando Moisés murió, el arcángel Miguel vino a llevarse su cuerpo, y el diablo trató de reclamarlo para sí mismo, con el pretexto de que Moisés había sido un asesino (Ex 2.11-12). 10Pero esos hombres hablan mal de las cosas que no conocen; y en cuanto a las que conocen por instinto, como las conocen los animales sin entendimiento, las usan para su propia condenación.#10 Cf. 2 P 2.12.
11¡Ay de ellos!, porque han seguido el ejemplo de Caín.#11 Caín: Gn 4.3-9; Heb 11.4; 1 Jn 3.12. Por ganar dinero se han desviado, como Balaam,#11 Cf. 2 P 2.15-16, que es más explícito. Balaam: Cf. Nm 22.4-35; Ap 2.14. y como Coré, mueren por su rebeldía.#11 Coré: Nm 16.1-35. 12Son una vergüenza en las fiestas de amor fraternal#12 Fiestas de amor fraternal: ágapes, es decir, comidas en común, en las que se celebraba la Cena del Señor (véase 1 Co 11.20-22 n.). Cf. el comportamiento de algunos de Corinto (1 Co 11.17-21). que ustedes celebran, en las que ellos comen y beben alegremente, sin mostrar ningún respeto.#12 2 P 2.13. Son pastores que cuidan solamente de sí mismos.#12 Cf. Ez 34.8. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto a su tiempo, dos veces muertos y arrancados de raíz. 13Son violentas olas del mar, que arrojan como espuma sus acciones vergonzosas. Son estrellas que han perdido su rumbo y están condenadas a pasar la eternidad en la más negra oscuridad.#12-13 Imágenes tomadas del libro de Henoc, citado en los vv. 14-15. Este escrito pertenece a la literatura judía y no forma parte de la Biblia. En él se habla de la falta de lluvia y de frutos, y se hace referencia al encarcelamiento de las estrellas.
14También Henoc, que fue el séptimo después de Adán, habló proféticamente cuando dijo acerca de esa gente: «Vi al Señor, que venía con miles y miles de sus ángeles 15a juzgar a todos los hombres y a condenarlos por todo el mal que cometieron en su maldad y por todas las palabras insolentes que como malvados pecadores dijeron contra él.»#14-15 Esta cita es del libro de Henoc (véase Jud 12-13 n.), el cual contiene supuestas visiones que Henoc (Gn 5.18,21-24) tuvo después de haber sido llevado al cielo (cf. Heb 11.5). 16De todo se quejan, todo lo critican y solo buscan satisfacer sus propios deseos. Hablan con jactancia, y adulan a los demás para aprovecharse de ellos.
Exhortación a la fidelidad
17Pero ustedes, queridos hermanos, acuérdense de que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo 18les habían dicho: «En los últimos tiempos habrá gente burlona, que vivirá de acuerdo con sus malos deseos.»#17-18 2 P 3.2-3. Cf. 2 Ti 3.1-5. 19Esos son los que causan divisiones; siguen sus deseos naturales y no tienen el Espíritu de Dios.#19 Los que causan divisiones: Ro 16.17; 1 Co 1.10; Tit 3.10.
20Pero ustedes, queridos hermanos, manténganse firmes en su santísima fe. Oren guiados por el Espíritu Santo. 21Consérvense en el amor de Dios y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.
22Tengan compasión de#22 Tengan compasión de: Algunos mss. dicen Convenzan a. los que dudan. 23A unos sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, aunque cuídense de ellos y aborrezcan hasta la ropa que llevan contaminada por su mala vida.#23 Sacándolos del fuego: Cf. el castigo de fuego que sufrieron Sodoma y Gomorra (v. 7), y el de Coré (v. 11); también Mt 13.42,50.
Alabanza final a Dios
24-25El Dios único, Salvador nuestro, tiene poder para cuidar de que ustedes no caigan, y para presentarlos sin mancha#24-25 Cf. 2 P 3.14. y llenos de alegría ante su gloriosa presencia. A él sea la gloria, la grandeza, el poder y la autoridad, por nuestro Señor Jesucristo, antes, ahora y siempre. Amén.
Actualmente seleccionado:
Judas 1: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.