Salmos 25
25
SALMO 25 (24)
Oración pidiendo la dirección de Dios#Salmo 25 Súplica individual, en la que se intercalan algunas reflexiones de carácter sapiencial (cf. especialmente los vv. 12-14). Como se trata de un salmo «alfabético», las ideas se van sucediendo libremente. Véase Sal 9 nota.
1a (1a) De David.
1 1 (1b) Señor, a ti dirijo mi oración;
2mi Dios, en ti confío:
no dejes que me hunda en la vergüenza.
¡Que no se rían de mí mis enemigos!
3¡Que no sea jamás avergonzado
ninguno de los que en ti confían!
¡Que sean puestos en vergüenza
los que sin motivo se rebelan contra ti!
4Señor,
muéstrame tus caminos;
guíame por tus senderos;
5guíame, encamíname en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y Salvador.
¡En ti confío a todas horas!
6Señor,
acuérdate del amor y la ternura
que siempre nos has manifestado,
7pero no te acuerdes de mis pecados
ni del mal que hice en mi juventud.
Señor, acuérdate de mí,
por tu gran amor y bondad.
8El Señor es bueno y justo;
él corrige la conducta de los pecadores
9y guía por su camino a los humildes;
¡los instruye en la justicia!
10Él siempre procede con amor y fidelidad,#25.10 Él siempre procede con amor y fidelidad: Lit. todos los senderos del Señor son amor y fidelidad. Éste es uno de los numerosos casos en los que aparece el binomio hésed («amor») y emet («fidelidad»), términos que se complementan mutuamente para resumir las características más esenciales de la acción de Dios en favor de los hombres. Cf. Sal 89.14(15); Pr 14.22. Véase Señor en el Índice temático.
con los que cumplen su alianza
y sus mandamientos.
11Señor, es grande mi maldad;
perdóname, haz honor a tu nombre.
12Al hombre que honra al Señor,
él le muestra el camino que debe seguir;#25.12 Sal 34.7-12(8-13); Pr 3.6.
13lo rodea de bienestar
y da a sus descendientes posesión del país.#25.12-13 Dt 11.8-9; Sal 37.9,11,29; Mt 5.5.
14El Señor es amigo de quienes lo honran,
y les da a conocer su alianza.
15Siempre dirijo mis ojos al Señor,
porque él me libra de todo peligro.
16Mírame, Señor, y ten compasión de mí,
porque estoy solo y afligido.
17Mi corazón se aflige más y más;
líbrame de mis angustias.
18Mira mis tristezas y trabajos,
y perdona mis pecados.
19Mira cuántos enemigos tengo
que sienten por mí un odio mortal.
20¡Cuídame, sálvame la vida!
¡No dejes que me hunda en la vergüenza,
pues en ti busco protección!
21Que me protejan mi honradez y mi inocencia,
pues en ti he puesto mi confianza.
22¡Dios mío,
salva a Israel de todas sus angustias!
Actualmente seleccionado:
Salmos 25: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.