Salmos 40
40
SALMO 40 (39)
Me agrada hacer tu voluntad, Dios mío#Salmo 40 Este salmo consta de dos partes: la primera (vv. 1-10 [2-11]) es un canto de acción de gracias; la segunda (vv. 13-17 [14-18]) es una súplica individual en un momento de grave peligro. Los vv. 11-12(12-13) sirven de lazo de unión entre ambas partes.
(Sal 70)
1 (1) Del maestro de coro. Salmo de David.
1 1 (2) Puse mi esperanza en el Señor,
y él se inclinó para escuchar mis gritos;
2 2 (3) me salvó de la fosa mortal,#40.2(3) Fosa mortal: Se refiere al sepulcro y, más concretamente, al sheol (heb.) o morada de los muertos. Véanse Sal 6.5(6) n. y Reino de la muerte en el Índice temático.
me libró de hundirme en el pantano.#40.2(3) Pantano: Sal 69.2(3); cf. Jer 38.6-13.
Afirmó mis pies sobre una roca;
dio firmeza a mis pisadas.
3 3 (4) Hizo brotar de mis labios un nuevo canto,#40.3(4) Nuevo canto: Véase Sal 33.3 n.
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos
y pusieron su confianza en el Señor.
4 4 (5) ¡Feliz el hombre que confía en el Señor
y no busca a los insolentes
ni a los que adoran a dioses falsos!#40.4(5) Adoran a dioses falsos: Lit. se desvían (tras la) mentira. Falsedad, mentira y otros sinónimos sirven con frecuencia, en el texto hebreo, para designar a los falsos dioses de los pueblos paganos. Véase Sal 24.4 n.
5 5 (6) Señor y Dios mío,
muchas son las maravillas que tú has hecho
y las consideraciones que nos tienes.
¡Nada es comparable a ti!
Quisiera anunciarlas, hablar de ellas,
pero son más de las que puedo contar.
6 6 (7) Tú no te complaces en los sacrificios
ni en las ofrendas de cereales;
tampoco has pedido holocaustos
ni ofrendas para quitar el pecado.#40.6(7) El fiel cumplimiento de la voluntad de Dios es más importante que las ofrendas y los sacrificios (1 S 15.22; cf. Mt 9.13). Este mismo tema es tratado frecuentemente por los profetas (Is 1.11-17; Jer 6.20; 7.21-23; Os 6.6; Am 5.21-25; Miq 6.6-8) y también se encuentra en los escritos sapienciales (Pr 15.8; 21.3,27; Eclo 34.18-20; 35.1-3). Cf. Sal 50.8; 51.16-17(18-19).
En cambio, me has abierto los oídos.#40.6(7) Me has abierto los oídos: Esta expresión se refiere a la acción de Dios que predispone para escuchar atentamente la palabra divina y para cumplirla con fidelidad. Algunos mss. de la versión griega (LXX) traducen: me has dado un cuerpo (véase Heb 10.5 n.).
7 7 (8) Por eso he dicho: Aquí estoy,
tal como el libro dice de mí.
8 8 (9) A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío;
¡llevo tu enseñanza en el corazón!#40.6-8(7-9) Heb 10.5-7 cita este pasaje de acuerdo con la versión griega (LXX) y lo pone en labios de Jesús cuando hace su entrada en este mundo, en el momento de la encarnación.
9 9 (10) En presencia de tu pueblo numeroso
he dado a conocer lo que es justo.
¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio!
10 10 (11) No me he quedado callado acerca de tu justicia;
he hablado de tu fidelidad y salvación.
Jamás he ocultado tu amor y tu verdad
ante tu pueblo numeroso.
11 11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura!
¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!
12 12 (13) Pues me han pasado tantas desgracias
que ni siquiera las puedo contar.
Me han atrapado mis propias maldades;
¡hasta he perdido la vista!
Son más que los pelos de mi cabeza,
y hasta el ánimo he perdido.
13 13 (14) Señor, por favor, ¡ven a librarme!
Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!
14 14 (15) ¡Que sean puestos en completo ridículo
los que tratan de acabar con mi vida!
¡Que huyan en forma vergonzosa
los que quieren hacerme daño!
15 15 (16) ¡Que huyan avergonzados
los que se burlan de mí!
16 16 (17) Pero que todos los que te buscan
se llenen de alegría;
que cuantos desean tu salvación
digan siempre: «¡El Señor es grande!»
17 17 (18) Y a mí, que estoy pobre y afligido,
no me olvides, Señor.
Tú eres quien me ayuda y me liberta;
¡no te tardes, Dios mío!#40.13-17(14-18) Esta segunda parte se repite, casi sin ningún cambio, en Sal 70.
Actualmente seleccionado:
Salmos 40: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
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Me agrada hacer tu voluntad, Dios mío#Salmo 40 Este salmo consta de dos partes: la primera (vv. 1-10 [2-11]) es un canto de acción de gracias; la segunda (vv. 13-17 [14-18]) es una súplica individual en un momento de grave peligro. Los vv. 11-12(12-13) sirven de lazo de unión entre ambas partes.
(Sal 70)
1 (1) Del maestro de coro. Salmo de David.
1 1 (2) Puse mi esperanza en el Señor,
y él se inclinó para escuchar mis gritos;
2 2 (3) me salvó de la fosa mortal,#40.2(3) Fosa mortal: Se refiere al sepulcro y, más concretamente, al sheol (heb.) o morada de los muertos. Véanse Sal 6.5(6) n. y Reino de la muerte en el Índice temático.
me libró de hundirme en el pantano.#40.2(3) Pantano: Sal 69.2(3); cf. Jer 38.6-13.
Afirmó mis pies sobre una roca;
dio firmeza a mis pisadas.
3 3 (4) Hizo brotar de mis labios un nuevo canto,#40.3(4) Nuevo canto: Véase Sal 33.3 n.
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos
y pusieron su confianza en el Señor.
4 4 (5) ¡Feliz el hombre que confía en el Señor
y no busca a los insolentes
ni a los que adoran a dioses falsos!#40.4(5) Adoran a dioses falsos: Lit. se desvían (tras la) mentira. Falsedad, mentira y otros sinónimos sirven con frecuencia, en el texto hebreo, para designar a los falsos dioses de los pueblos paganos. Véase Sal 24.4 n.
5 5 (6) Señor y Dios mío,
muchas son las maravillas que tú has hecho
y las consideraciones que nos tienes.
¡Nada es comparable a ti!
Quisiera anunciarlas, hablar de ellas,
pero son más de las que puedo contar.
6 6 (7) Tú no te complaces en los sacrificios
ni en las ofrendas de cereales;
tampoco has pedido holocaustos
ni ofrendas para quitar el pecado.#40.6(7) El fiel cumplimiento de la voluntad de Dios es más importante que las ofrendas y los sacrificios (1 S 15.22; cf. Mt 9.13). Este mismo tema es tratado frecuentemente por los profetas (Is 1.11-17; Jer 6.20; 7.21-23; Os 6.6; Am 5.21-25; Miq 6.6-8) y también se encuentra en los escritos sapienciales (Pr 15.8; 21.3,27; Eclo 34.18-20; 35.1-3). Cf. Sal 50.8; 51.16-17(18-19).
En cambio, me has abierto los oídos.#40.6(7) Me has abierto los oídos: Esta expresión se refiere a la acción de Dios que predispone para escuchar atentamente la palabra divina y para cumplirla con fidelidad. Algunos mss. de la versión griega (LXX) traducen: me has dado un cuerpo (véase Heb 10.5 n.).
7 7 (8) Por eso he dicho: Aquí estoy,
tal como el libro dice de mí.
8 8 (9) A mí me agrada hacer tu voluntad, Dios mío;
¡llevo tu enseñanza en el corazón!#40.6-8(7-9) Heb 10.5-7 cita este pasaje de acuerdo con la versión griega (LXX) y lo pone en labios de Jesús cuando hace su entrada en este mundo, en el momento de la encarnación.
9 9 (10) En presencia de tu pueblo numeroso
he dado a conocer lo que es justo.
¡Tú bien sabes, Señor, que no he guardado silencio!
10 10 (11) No me he quedado callado acerca de tu justicia;
he hablado de tu fidelidad y salvación.
Jamás he ocultado tu amor y tu verdad
ante tu pueblo numeroso.
11 11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura!
¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad!
12 12 (13) Pues me han pasado tantas desgracias
que ni siquiera las puedo contar.
Me han atrapado mis propias maldades;
¡hasta he perdido la vista!
Son más que los pelos de mi cabeza,
y hasta el ánimo he perdido.
13 13 (14) Señor, por favor, ¡ven a librarme!
Señor, ¡ven pronto en mi ayuda!
14 14 (15) ¡Que sean puestos en completo ridículo
los que tratan de acabar con mi vida!
¡Que huyan en forma vergonzosa
los que quieren hacerme daño!
15 15 (16) ¡Que huyan avergonzados
los que se burlan de mí!
16 16 (17) Pero que todos los que te buscan
se llenen de alegría;
que cuantos desean tu salvación
digan siempre: «¡El Señor es grande!»
17 17 (18) Y a mí, que estoy pobre y afligido,
no me olvides, Señor.
Tú eres quien me ayuda y me liberta;
¡no te tardes, Dios mío!#40.13-17(14-18) Esta segunda parte se repite, casi sin ningún cambio, en Sal 70.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.