¶Perseguí a mis enemigos y los alcancé; y no me volví hasta acabarlos. Los destrocé y no pudieron levantarse; cayeron debajo de mis pies. Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla; has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron. También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, y destruí a los que me odiaban. Clamaron, mas no hubo quién los salvara; aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió. Entonces los desmenucé como polvo delante del viento; los arrojé como lodo de las calles. ¶Tú me has librado de las contiendas del pueblo; me has puesto por cabeza de las naciones; pueblo que yo no conocía me sirve. Al oírme, me obedecen; los extranjeros me fingen obediencia. Los extranjeros desfallecen, y salen temblando de sus fortalezas. ¶El SEÑOR vive, bendita sea mi roca, y ensalzado sea el Dios de mi salvación, el Dios que por mí ejecuta venganza, y subyuga pueblos debajo de mí; el que me libra de mis enemigos. Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí; me rescatas del hombre violento. Por tanto, te alabaré, oh SEÑOR, entre las naciones, y cantaré alabanzas a tu nombre. Grandes victorias da Él a su rey, y muestra misericordia a su ungido, a David y a su descendencia para siempre.
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