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Amós 7:1-16

Amós 7:1-16 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Esto es lo que el SEÑOR y Dios me mostró: empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey y vi al Señor preparando enjambres de langostas. Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé: —¡SEÑOR mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño? Entonces el SEÑOR se compadeció y dijo: —Esto no va a suceder. Esto es lo que el SEÑOR y Dios me mostró: Vi al SEÑOR y Dios llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos. Y exclamé: —¡Detente, SEÑOR mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño? Entonces el SEÑOR se compadeció y dijo: —Esto tampoco va a suceder. Esto es lo que me mostró: El Señor estaba de pie junto a un muro construido a plomo y tenía una cuerda de plomada en la mano. Y el SEÑOR me preguntó: —¿Qué ves, Amós? —Una cuerda de plomada —respondí. Entonces el Señor dijo: —Mira, voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo Israel; no volveré a perdonarlo. »Los altares paganos de Isaac serán destruidos y quedarán en ruinas los santuarios de Israel; me levantaré con espada contra la casa de Jeroboán». Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. La tierra no puede soportar sus palabras, porque anda diciendo: »“Jeroboán morirá a espada e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra”». Entonces Amasías dijo a Amós: —¡Vete de aquí, vidente! ¡Si quieres ganarte el pan profetizando, vete a la tierra de Judá! No vuelvas a profetizar en Betel, porque este es el santuario del rey; es el templo del reino. Amós respondió a Amasías: —Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que soy pastor y cultivo higos silvestres. Pero el SEÑOR me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”. Así que oye la palabra del SEÑOR. Tú dices: »“No profetices contra Israel; deja de predicar contra los descendientes de Isaac”.

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Amós 7:1-17 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Nuestro Dios me permitió ver los saltamontes que estaba por lanzar sobre los campos de Israel. Ya se había levantado la primera cosecha, la que pertenece al rey. Pero faltaba levantar la segunda cosecha, la que es para el pueblo. Cuando vi que los saltamontes se estaban comiendo hasta la hierba, le rogué a Dios: —¡Perdona a tu pueblo, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño? Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo: —Está bien. No voy a mandar estos saltamontes contra ustedes. Nuestro Dios me permitió ver el fuego con que pensaba castigarnos. Ese fuego quemaría toda la tierra, y también lo más profundo del mar. Pero yo le rogué a Dios: —¡No lo hagas, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño? Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo: —Está bien. Tampoco voy a mandar este fuego contra ustedes. Nuestro Dios también me permitió verlo cuando estaba junto a un muro, con una plomada de albañil en la mano. Me preguntó: —¿Qué es lo que ves, Amós? Yo le respondí: —Veo una plomada de albañil. Entonces Dios me dijo: —Con esta plomada voy a ver si mi pueblo se comporta rectamente. Ya no voy a perdonarle un solo pecado más. Destruiré los pequeños templos donde los israelitas adoran a sus ídolos, y le declararé la guerra a la familia del rey Jeroboam. Un sacerdote de Betel, llamado Amasías, mandó a decirle a Jeroboam, rey de Israel: «Amós anda haciendo planes en contra de Su Majestad. Como israelitas, no podemos dejar que siga haciéndolo. Según él, Su Majestad morirá en el campo de batalla, y los israelitas serán llevados presos a otro país». Amasías habló también conmigo, y me dijo: —Óyeme tú, que dices que has visto lo que va a suceder: ¡largo de aquí! Mejor vete a Judá. Allá podrás ganarte la vida como profeta. Deja ya de profetizar aquí en Betel, porque en esta ciudad está el templo más importante del reino, y aquí es donde el rey viene a adorar. Yo le respondí: —Pues fíjate que no soy ningún profeta, ni tampoco mi padre lo fue. Me gano la vida cuidando ganado y cosechando higos silvestres. Si ahora profetizo, es porque Dios mismo me pidió que dejara de cuidar el ganado, y me mandó a anunciarle este mensaje a su pueblo Israel. »Tú dices que yo no debo profetizar contra los israelitas, porque son descendientes de Isaac. Ahora escúchame tú lo que Dios me manda a decirte

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Amós 7:1-16 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey. Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová. Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra. Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor. Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam. Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio. Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá; y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino. Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.

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Amós 7:1-16 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Esto es lo que el Señor me hizo ver: Estaba él criando langostas en el tiempo en que empieza a crecer el heno tardío, es decir, el heno tardío que sale después de las cosechas del rey. Y cuando las langostas acabaron de comerse toda la hierba de la tierra, yo le dije: «Señor, Señor, ¡por favor, perdona a Jacob! ¿Quién podrá levantarlo, si aún es tan pequeño?» Y el Señor cambió de parecer, y dijo: «No lo voy a hacer.» El Señor también me hizo ver esto: Estaba el Señor convocando a juicio por medio del fuego. Y el fuego consumió el gran abismo, y consumió también parte de la tierra. Yo le dije: «Señor, Señor, ¡deténte por favor! ¿Quién podrá levantar a Jacob, si aún es tan pequeño?» Y el Señor cambió de parecer, y dijo: «Esto tampoco lo voy a hacer.» El Señor también me hizo ver esto: Estaba el Señor junto a un muro construido a plomo, y tenía en la mano una plomada de albañil. Y el Señor me dijo: «¿Qué es lo que ves, Amós?» Y yo le dije: «Veo una plomada de albañil.» Entonces el Señor me dijo: «Voy a medir a mi pueblo Israel con una plomada de albañil. ¡No voy a pasarle una más! Voy a destruir los lugares altos de Isaac, y a dejar en ruinas los santuarios de Israel. Además, voy a levantar la espada contra la casa de Jeroboán.» Amasías, el sacerdote de Betel, mandó a decir a Jeroboán, rey de Israel: «Amós anda entre los de la casa de Israel conspirando contra ti. El país no puede seguir soportando todas sus palabras. A decir verdad, esto es lo que ha dicho Amós: “Jeroboán morirá a filo de espada, y los israelitas serán llevados de su tierra al cautiverio.”» Además, Amasías le dijo a Amós: «Tú, vidente, ¡largo de aquí! ¡Vete a la tierra de Judá! ¡Allá puedes comer, y allá puedes profetizar! No profetices más aquí en Betel, porque aquí está el santuario del rey, y esta es la capital del reino.» Amós le respondió a Amasías: «Yo no soy profeta, ni hijo de profeta. Soy boyero, y recojo higos silvestres. Pero el Señor me quitó de andar tras el ganado, y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel.” Así que, oye ahora la palabra del Señor: Tú me dices que no profetice yo contra Israel, ni hable en contra de la casa de Isaac

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Amós 7:1-16 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Esto me mostró el Señor: Cuando apenas comenzaba a brotar la siembra tardía, la que se hace después de la cosecha del rey, vi al Señor creando langostas. Y cuando las langostas ya estaban comiéndose hasta la última hierba, dije: —¡Señor, perdónanos! ¿Cómo va a resistir tu pueblo Jacob, si es tan pequeño? Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo: —¡Eso no va a suceder! Esto me mostró el Señor: Le vi enviar como castigo un fuego abrasador, que secó por completo el gran mar profundo y que estaba acabando también con los campos. Yo dije: —¡Deténte, Señor, por favor! ¿Cómo va a resistir tu pueblo Jacob, si es tan pequeño? Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo: —¡Tampoco esto va a suceder! El Señor me mostró también esto: Estaba él junto a un muro, y tenía en la mano una plomada de albañil. Y me preguntó: —¿Qué ves, Amós? —Una plomada de albañil —respondí. Entonces me dijo: —Pues con esta plomada de albañil voy a ver cómo es de recta la conducta de mi pueblo Israel. No le voy a perdonar ni una vez más. Los santuarios de Isaac serán destruidos, y los templos de Israel quedarán en ruinas. ¡Alzaré la espada contra la familia de Jeroboam! Amasías, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós anda entre la gente de Israel, conspirando contra Su Majestad. El país ya no puede soportar que siga hablando. Porque anda por ahí diciendo: “Jeroboam morirá a filo de espada, y todo el pueblo de Israel será llevado al destierro.”» Luego, Amasías le ordenó a Amós: —¡Largo de aquí, profeta! Si quieres ganarte la vida profetizando, vete a Judá; pero no profetices más en Betel, porque es santuario del rey y templo principal del reino. Pero Amós le contestó: —Yo no soy profeta, ni pretendo serlo. Me gano la vida cuidando ovejas y recogiendo higos silvestres, pero el Señor me quitó de andar cuidando ovejas, y me dijo: “Ve y habla en mi nombre a mi pueblo Israel.” Por lo tanto, oye la palabra del Señor. Esto es lo que tú dices: “No hables nada en nombre de Dios contra Israel, ni digas nada contra los descendientes de Isaac.”

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Amós 7:1-16 La Biblia de las Américas (LBLA)

Esto me mostró el Señor DIOS: He aquí, Él formaba enjambre de langostas cuando comenzaba a brotar la cosecha de primavera. Y he aquí, la cosecha de primavera era después de la siega del rey. Y sucedió que cuando habían terminado de devorar la hierba de la tierra, yo dije: Señor DIOS, perdona, te ruego. ¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Se apiadó el SEÑOR de esto: No sucederá —dijo el SEÑOR. Esto me mostró el Señor DIOS: he aquí, el Señor DIOS llamaba para juzgarlos con fuego, y consumió el gran abismo y empezó a consumir el campo. Entonces dije: Señor DIOS, cesa, te ruego. ¿Cómo podrá resistir Jacob si es tan pequeño? Se apiadó el SEÑOR de esto: Esto tampoco sucederá —dijo el Señor DIOS. Esto Él me mostró: He aquí, el Señor estaba junto a un muro hecho a plomo, y tenía en su mano una plomada. Y el SEÑOR me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una plomada. Entonces el Señor dijo: He aquí, pondré una plomada en medio de mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo. Los lugares altos de Isaac serán asolados y los santuarios de Israel destruidos; y yo me levantaré con espada contra la casa de Jeroboam. Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió palabra a Jeroboam, rey de Israel, diciendo: Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra ya no puede soportar todas sus palabras. Porque así dice Amós: «Jeroboam morirá a espada y ciertamente Israel saldrá en cautiverio de su tierra». Y Amasías dijo a Amós: Vete, vidente, huye a la tierra de Judá, come allí pan y allí profetiza; pero en Betel no vuelvas a profetizar más, porque es santuario del rey y residencia real. Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: Yo no soy profeta, ni hijo de profeta, sino que soy boyero y cultivador de sicómoros. Pero el SEÑOR me tomó cuando pastoreaba el rebaño, y me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo Israel. Ahora pues, escucha la palabra del SEÑOR: Tú dices: «No profetices contra Israel ni hables contra la casa de Isaac».

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Amós 7:1-16 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El SEÑOR Soberano me mostró una visión. Lo vi preparándose para enviar una enorme nube de langostas sobre la tierra. Esto ocurrió después de que la parte de la cosecha del rey había sido recolectada, pero cuando se acercaba la cosecha principal. En mi visión las langostas se comieron todo lo verde que se veía. Entonces dije: —Oh SEÑOR Soberano, por favor, perdónanos o no sobreviviremos, porque Israel es tan pequeño. Así que el SEÑOR se retractó de ese plan y dijo: —No lo haré. Después el SEÑOR Soberano me mostró otra visión. Lo vi preparándose para castigar a su pueblo con un gran fuego. El fuego había quemado las profundidades del mar e iba devorando toda la tierra. Entonces dije: —Oh SEÑOR Soberano, por favor, detente o no sobreviviremos, porque Israel es tan pequeño. Entonces el SEÑOR también se retractó de ese plan. —Tampoco lo haré —dijo el SEÑOR Soberano. Luego me mostró otra visión. Vi al Señor de pie al lado de una pared que se había construido usando una plomada. Usaba la plomada para ver si aún estaba derecha. Entonces el SEÑOR me dijo: —Amós, ¿qué ves? —Una plomada —contesté. Y el Señor respondió: —Probaré a mi pueblo con esta plomada. Ya no pasaré por alto sus pecados. Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la dinastía del rey Jeroboam. Luego Amasías, el sacerdote de Betel, mandó un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: «¡Amós está tramando una conspiración contra usted, aquí mismo en el umbral de su casa! Lo que él dice es intolerable. Anda diciendo: “Pronto matarán a Jeroboam y el pueblo de Israel será enviado al destierro”». Entonces Amasías envió órdenes a Amós: —¡Vete de aquí, profeta! ¡Regresa a la tierra de Judá y gánate la vida profetizando allí! No nos molestes con tus profecías aquí en Betel. ¡Este es el santuario del rey y el lugar nacional de culto! Pero Amós contestó: —No soy profeta profesional ni fui entrenado para serlo. No soy más que un pastor de ovejas y cultivador de las higueras sicómoros. Sin embargo, el SEÑOR me llamó y me apartó de mi rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo en Israel”. Ahora bien, escuchen este mensaje del SEÑOR

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