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Isaías 9:8-21

Isaías 9:8-21 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

El Señor ha enviado su palabra; la ha enviado contra Jacob, ¡ya cae sobre Israel! De esto se entera todo el pueblo —Efraín y los habitantes de Samaria—, todos los que dicen con orgullo y piensan con arrogancia: «Si se caen los ladrillos, reconstruiremos con piedra tallada; si se caen las vigas de higuera, las repondremos con vigas de cedro». Pero el SEÑOR ha fortalecido a los adversarios de Rezín; ha incitado a sus enemigos. Los arameos en el este y los filisteos en el oeste se comieron a Israel de un solo bocado. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida. Pero el pueblo no volvió al que lo ha castigado; no ha buscado al SEÑOR de los Ejércitos. Por eso en un mismo día el SEÑOR cortará a Israel la cabeza y la cola, la palmera y el junco. La cabeza son los jefes y la gente de alto rango; la cola son los profetas, maestros de mentiras. Los guías de este pueblo lo han extraviado; los que se dejan guiar son confundidos. Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes; tampoco se apiadará de huérfanos y viudas, porque todos ellos son impíos y malvados; sus labios profieren necedades. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida. Porque la maldad arde como un fuego que consume espinos y cardos, que incendia la espesura del bosque y sube luego, como torbellino, en una columna de humo. Por la ira del SEÑOR de los Ejércitos arderá en fuego la tierra. Y el pueblo será el combustible: ¡Nadie se compadecerá de su hermano! Unos comerán lo que esté a su mano derecha, pero se quedarán con hambre; otros comerán lo que esté a su izquierda, pero no quedarán satisfechos. ¡Se comerán a sus propios hijos! Manasés se comerá a Efraín y Efraín a Manasés; entonces los dos juntos atacarán a Judá.

Isaías 9:8-21 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

8-9 (7-8) Isaías le dijo al pueblo de Israel: «Dios le ha advertido a Israel que lo va a castigar. Y todo el pueblo, incluyendo a los habitantes de Samaria, ha recibido esta advertencia. »Pero todos dicen con mucho orgullo: 10 (9) “No importa que hayan tirado los edificios de ladrillo; nosotros construiremos otros, y los haremos de piedra. Han derribado los árboles de sicómoro, pero nosotros plantaremos cedros”. 11 (10) »Dios ordenó que los atacaran unos enemigos terribles. 12 (11) Por el este, los atacaron los sirios; por el oeste, los filisteos. De un solo bocado se tragaron a Israel. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía. 13 (12) »El Dios todopoderoso castigó a su pueblo, pero este no se arrepintió, ni buscó su ayuda. 14-15 (13-14) Entonces Dios, en un solo día, eliminó a los líderes y jefes de Israel, y a sus profetas mentirosos. 16 (15) »Los jefes engañaron a este pueblo, y confundieron a toda su gente. 17 (16) Por eso Dios no perdonó a sus jóvenes, ni se compadeció de sus huérfanos ni de sus viudas. Porque todo el pueblo fue muy malo y solo decía tonterías. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía. 18 (17) »La maldad es como el fuego, que todo lo devora; no deja espinos ni matorrales, ni árboles en el bosque y el humo sube en grandes columnas. 19 (18) »Dios es el rey del universo, y cuando se enoja todo el país queda destruido. »Nadie se compadece de su hermano; 20 (19) se destruyen unos a otros, y aun así no quedan satisfechos. 21 (20) Las tribus de Efraín y Manasés se pelean entre ellos, y luego los dos juntos atacan a Judá. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía.

Isaías 9:8-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)

El Señor envió su palabra sobre Jacob, y cayó sobre Israel. Y la conocerá todo el pueblo, y Efraín y los habitantes de Samaria, que con soberbia y altivez de corazón dicen: «Los ladrillos se cayeron, pero edificaremos con piedra de cantera; talaron los sicómoros, pero nosotros los repondremos con cedros.» Pero el Señor juntará a los enemigos de Resín y los levantará contra él; del oriente vendrán los sirios, y del poniente los filisteos, y a boca llena devorarán a Israel. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida. El pueblo no se volvió al Señor de los ejércitos. No buscó al que lo castigaba; así que en un mismo día el Señor le cortará a Israel la cabeza y la cola, el tronco y la rama. (La cabeza es el anciano de rostro venerable, y la cola es el profeta que enseña mentiras.) Los que gobiernan a este pueblo son unos mentirosos; por eso sus gobernados se pierden. Por tanto, el Señor no se alegrará por sus jóvenes, ni tendrá misericordia de sus huérfanos y viudas, pues todos son falsos y malvados; de toda boca brotan necedades. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida. La maldad prenderá como un fuego, y consumirá cardos y espinos; se encenderá en la espesura del bosque, y se levantará como un remolino de humo. Por causa de la ira del Señor de los ejércitos se oscurecerá la tierra, y el pueblo será como pasto para el fuego; ¡y nadie tendrá piedad de su hermano! Con la mano derecha robarán, y se quedarán con hambre; con la mano izquierda comerán, y no quedarán satisfechos; ¡cada uno se comerá su propia carne! Manasés se comerá a Efraín, Efraín se comerá a Manasés, y los dos se comerán a Judá. Pero ni así cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida.

Isaías 9:8-21 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

8 (7) El Señor ha enviado un mensaje a Israel, al pueblo de Jacob; 9 (8) todo el pueblo de Efraín, que vive en Samaria, lo ha entendido. Ellos dicen con orgullo y altanería: 10 (9) «Se han caído los ladrillos, pero vamos a construir con piedra. Han cortado las vigas de sicómoro, pero las vamos a cambiar por madera de cedro.» 11 (10) El Señor ha hecho venir terribles enemigos; él mismo les ha ordenado atacar. 12 (11) Por el oriente los sirios, por el occidente los filisteos. De un bocado se tragaron a Israel. Y, sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. 13 (12) Pero el pueblo no se volvió a Dios, que lo castigaba; no buscó al Señor todopoderoso. 14 (13) Entonces el Señor trató al reino de Israel como quien corta a un animal la cola y la cabeza, como quien derriba palmeras y juncos por igual. ¡Todo esto en un solo día! 15 (14) (La cabeza representa a los ancianos y los jefes, la cola a los profetas que enseñan mentiras.) 16 (15) Los jefes han extraviado a este pueblo, y los que buscaban un guía se perdieron. 17 (16) Por eso el Señor no tuvo compasión de los jóvenes, ni misericordia de los huérfanos y las viudas. Porque el pueblo entero es impío y perverso y todos dicen disparates. Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía. 18 (17) La maldad hace estragos como un incendio que devora espinos y matorrales y quema luego los árboles del bosque, y los lanza por los aires entre torbellinos de humo. 19-20 (18-19) Por la ira del Señor todopoderoso el país está incendiado, el fuego destruye al pueblo; se comen la carne de sus propios hijos y no tienen compasión de sus hermanos. Aquí hay uno que engulle y queda con hambre, allá hay otro que come y no se siente satisfecho. 21 (20) Manasés destruye a Efraín, Efraín a Manasés, y ambos se lanzan contra Judá. Y sin embargo la ira del Señor no se ha calmado; él sigue amenazando todavía.

Isaías 9:8-21 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel. Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen: Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahígos, pero en su lugar pondremos cedros. Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos; del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos. Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día. El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola. Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden. Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida. Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán alzados como remolinos de humo. Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano. Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo; Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

Isaías 9:8-21 La Biblia de las Américas (LBLA)

¶El Señor envía mensaje contra Jacob, y cae sobre Israel. Y todo el pueblo lo sabe, es decir, Efraín y los habitantes de Samaria, los que con arrogancia y altivez de corazón afirman: Los ladrillos han caído, pero con piedras labradas reedificaremos; los sicómoros han sido cortados, pero con cedros los reemplazaremos. Por tanto el SEÑOR levanta adversarios de Rezín contra ellos, e incita a sus enemigos, los arameos en el oriente y los filisteos en el occidente, que devoran a Israel a boca llena. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida. ¶Pero el pueblo no ha vuelto a Aquel que los hirió, no han buscado al SEÑOR de los ejércitos. El SEÑOR, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, la hoja de palmera y el junco en un mismo día. El anciano y venerable es la cabeza, y el profeta que enseña la mentira, es la cola. Porque los que guían a este pueblo lo extravían; y los guiados por ellos son confundidos. Por eso no se complace el Señor en sus jóvenes, ni se compadece de sus huérfanos ni de sus viudas; porque todos ellos son impíos y malhechores, y toda boca habla necedades. Con todo eso no se aparta su ira, y aún está su mano extendida. ¶Porque arde como fuego la impiedad, zarzas y espinos consume, y enciende la espesura del bosque; como remolino suben en columna de humo. Por el furor del SEÑOR de los ejércitos es quemada la tierra, y el pueblo es como combustible para el fuego; el hombre no perdona a su hermano. Cortan de un tajo lo que está a la derecha, pero aún tienen hambre, y comen lo que está a la izquierda, pero no se sacian; cada cual come la carne de su propio brazo. Manasés devora a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos están contra Judá. Con todo eso no se ha apartado su ira, y aún está su mano extendida.

Isaías 9:8-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

El Señor se ha pronunciado contra Jacob; su juicio ha caído sobre Israel. Y los habitantes de Israel y de Samaria, quienes hablaron con tanta soberbia y arrogancia, pronto se enterarán. Decían: «Reemplazaremos los ladrillos rotos de nuestras ruinas con piedra labrada y volveremos a plantar cedros donde cayeron las higueras sicómoros». Pero el SEÑOR traerá a los enemigos de Rezín contra Israel e incitará a todos sus adversarios. Los arameos desde el oriente y los filisteos desde el occidente sacarán sus colmillos y devorarán a Israel. Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del SEÑOR; su puño sigue preparado para dar el golpe. Pues después de tanto castigo, el pueblo seguirá sin arrepentirse; no buscará al SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. Por lo tanto, en un solo día el SEÑOR destruirá tanto la cabeza como la cola, la noble rama de palma y el humilde junco. Los líderes de Israel son la cabeza, y los profetas mentirosos son la cola. Pues los líderes del pueblo lo han engañado; lo han llevado por la senda de la destrucción. Por eso el Señor no se complace en los jóvenes, ni tiene misericordia siquiera de las viudas y los huérfanos. Pues todos son unos hipócritas perversos, y todos ellos hablan necedades. Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del SEÑOR. Su puño sigue preparado para dar el golpe. Esa perversidad es como un incendio de maleza que no solo quema las zarzas y los espinos, sino que también hace arder los bosques. Su fuego hace subir nubes de humo. La tierra quedará ennegrecida por la furia del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. El pueblo será combustible para el fuego, y nadie perdonará la vida ni siquiera de su propio hermano. Atacarán a su vecino de la derecha pero seguirán con hambre. Devorarán a su vecino de la izquierda, pero no quedarán satisfechos. Al final, se comerán hasta a sus propios hijos. Manasés se alimentará de Efraín, Efraín se alimentará de Manasés, y los dos devorarán a Judá. Pero aun así no quedará satisfecho el enojo del SEÑOR; su puño sigue preparado para dar el golpe.