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Job 13:5-28

Job 13:5-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)

¡Si tan solo se quedaran callados! Es lo más sabio que podrían hacer. Escuchen los cargos que presento; presten atención a mis argumentos. »¿Acaso defienden a Dios con mentiras? ¿Presentan argumentos engañosos en su nombre? ¿Mostrarán parcialidad en su testimonio a favor de él? ¿Serán los abogados defensores de Dios? ¿Qué ocurrirá cuando descubra lo que hacen? ¿Creen que pueden engañarlo tan fácilmente como lo hacen con la gente? Si en secreto hacen inclinar los testimonios a su favor, ciertamente se meterán en problemas con él. ¿No les da terror su majestad? ¿No los deja abrumados el temor que sienten por él? Sus frases vacías valen tanto como las cenizas; su defensa es tan frágil como una vasija de barro. »Ahora quédense en silencio y déjenme en paz. Permítanme hablar y afrontaré las consecuencias. ¿Por qué debería ponerme en peligro de muerte y tomar mi vida en mis manos? Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él. Esto es lo que me salvará: no soy ningún impío. Si lo fuera, no podría estar delante de él. »Presten mucha atención a lo que voy a decir; escúchenme hasta el final. He preparado mi defensa; seré declarado inocente. ¿Quién puede discutir conmigo sobre esto? Y si demuestran que estoy equivocado, me quedaré callado y moriré. »Oh Dios, concédeme estas dos cosas y entonces podré enfrentarme contigo: quítame de encima tu mano dura y no me atemorices con tu temible presencia. Ahora llámame, ¡y te responderé! O deja que te hable y contéstame tú. Dime, ¿qué he hecho mal? Muéstrame mi rebelión y mi pecado. ¿Por qué te alejas de mí? ¿Por qué me tratas como a tu enemigo? ¿Atemorizarías a una hoja llevada por el viento? ¿Perseguirías a la paja seca? »Escribes amargas acusaciones en mi contra y sacas a relucir todos los pecados de mi juventud. Pones mis pies en el cepo, examinas todos mis caminos y rastreas todas mis pisadas. Me consumo como madera que se pudre, como un abrigo carcomido por la polilla.

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Job 13:5-28 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

¡Si tan solo se callaran la boca! Eso, en ustedes, ya sería sabiduría. Ahora les toca escuchar mi defensa; presten atención a mi alegato. ¿Se atreverán a decir falsedades en nombre de Dios? ¿Argumentarán en su favor con engaños? ¿Le harán el favor de defenderlo? ¿Van a resultar sus abogados defensores? ¿Qué pasaría si él los examinara? ¿Podrían engañarlo como se engaña a la gente? Lo más seguro es que él los reprendería si en secreto se mostraran parciales. ¿Acaso no les infundiría miedo su esplendor? ¿Y no caería sobre ustedes su terror? ¡Han memorizado proverbios sin sentido! ¡Se defienden con apologías endebles! »¡Cállense la boca, déjenme hablar, y que venga lo que venga! ¿Por qué me pongo en peligro y me juego el pellejo? ¡Que me mate, en él tengo mi esperanza! Pero en su propia cara defenderé mi conducta. En esto radica mi liberación: en que ningún impío comparecería ante él. Presten atención a mis palabras; presten oído a lo que digo: Vean que ya he preparado mi caso y sé muy bien que seré declarado inocente. ¿Hay quien pueda presentar cargos contra mí? Si lo hay, me quedaré callado hasta morir. »Concédeme, oh Dios, solo dos cosas y no tendré que esconderme de ti: Quítame la mano de encima y deja de infundirme temor. Llámame a comparecer y te responderé o déjame hablar y contéstame. Enumera mis iniquidades y pecados; hazme ver mis transgresiones y ofensas. ¿Por qué no me das la cara? ¿Por qué me tienes por enemigo? ¿Acosarás a una hoja arrebatada por el viento? ¿Perseguirás a la paja seca? Has dictado contra mí penas amargas; me estás cobrando los pecados de mi juventud. Me has puesto cadenas en los pies; vigilas todos mis pasos; examinas las huellas que dejo al caminar. »El hombre se deteriora como algo podrido; como ropa carcomida por la polilla.

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Job 13:5-28 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

¡Si se callaran la boca, mostrarían algo de sabiduría! »Por favor, escúchenme; pongan atención a mis palabras: ¿Van a mentir en nombre de Dios, y a tratar de defenderlo con engaños? ¿Acaso creen que le hacen un favor actuando como sus abogados defensores? Si Dios los examinara a ustedes, no podrían engañarlo como engañan a la gente. Más bien, Dios los reprendería si quisieran defenderlo con mentiras; ¡es tan grande su poder que los haría temblar de miedo! »Las explicaciones de ustedes han perdido su sentido, y no sirven para nada. »Mejor cállense, y déjenme hablar, no importa lo que me pase. Voy a defenderme ante Dios, aunque él quiera matarme; voy a jugarme la vida, pues no tengo nada que perder. Ningún malvado se atrevería a presentarse ante él, así que él mismo me salvará. »¡Préstenme atención! Ya he preparado mi defensa, y sé que Dios reconocerá mi inocencia. Si alguien puede acusarme de algo, yo callaré y jamás volveré a hablar. »Dios mío, solo te pido dos cosas; si me las concedes, no tendré que esconderme de ti. ¡Ya no me castigues, ni me hagas sentir tanto miedo! Pídeme que presente mi defensa, y yo te responderé; si lo prefieres, yo hablaré primero, y tú me responderás. ¡Dime en qué te he faltado! ¡Muéstrame en qué te he ofendido! ¿Por qué te escondes? ¿Por qué me tienes por enemigo? ¿Por qué me persigues tanto, si soy como una hoja que se lleva el viento? Me estás condenando a un amargo sufrimiento; ¡me estás castigando por los pecados de mi juventud! A toda hora me vigilas; me tienes encadenado. ¡Doy un paso y sigues mis huellas! »Todos nosotros, nos gastamos como zapatos, como vestidos que se come la polilla.

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Job 13:5-28 Reina Valera Contemporánea (RVC)

¡Cómo quisiera que cerraran la boca! ¡Eso, en ustedes, ya sería sabiduría! Pero les pido que escuchen mis razones, y que presten atención a mis argumentos. ¿Van a hablar falsedades en nombre de Dios? ¿Van a proferir engaños en su nombre? ¿Van a ponerse de su parte? ¿Se sienten capaces de defenderlo? Y, si él investigara todo lo que ocultan, ¿se burlarían de él, como se burlan de mí? Al contrario, Dios les echaría en cara que con dolo favorezcan a unos y a otros no. Seguramente su grandeza los llenaría de temor, y sobre ustedes dejaría caer su pavor. ¡Ustedes citan proverbios sin sustento, y su defensa se desmorona, como el lodo! »Escuchen lo que tengo que decir; no importa qué me pueda suceder. ¿Por qué habría yo de hacerme daño, y atentar contra mi propia vida? Aunque el Señor me mate, yo en él confío; pero en su cara defenderé mis actos. Esto podría significar mi salvación, pues Dios no tolera al malvado en su presencia. Presten atención a mis razones; presten oído a mis declaraciones. Voy a exponerles mi caso, y sé muy bien que seré justificado. ¿Quién quiere ser la parte acusadora? Si me hacen callar, aceptaré la muerte. »Dios mío, concédeme dos favores para que no me esconda de ti: Deja ya de castigarme, y no sigas infundiéndome terror. Si tú me llamas, yo te responderé; si yo te llamo, tú tendrás que responderme. ¿Cuál es mi maldad? ¿Cuál es mi pecado? ¡Dime en qué te he ofendido! ¿Por qué me das la espalda? ¿Por qué me consideras tu enemigo? ¿Vas a perseguir a una hoja en el viento? ¿Vas a ir tras la paja seca? ¿Por qué me prescribes tragos amargos y me imputas los pecados de mi juventud? Me sujetas los pies con cadenas, me vigilas por dondequiera que voy, y sigues la huella de mis pasos. Mi cuerpo se desgasta como odre viejo; ¡se deshace como vestido apolillado!»

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Job 13:5-28 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

¡Si al menos guardaran ustedes silencio, podrían pasar por personas sabias! Escuchen, por favor, con atención, mientras yo expongo mis razones. ¿Creen acaso que defienden a Dios con sus mentiras, y que le hacen un servicio con palabras engañosas? Ustedes se han puesto de su parte y quieren defender su causa, pero, ¿qué pasará si Dios los examina? ¿Podrán ustedes engañarlo como a un hombre? Si con disimulo se ponen de su parte, él los reprenderá duramente. La grandeza de Dios los llenará de espanto y de terror. Sus anticuados argumentos son puro polvo; es como querer defenderse con murallas de barro. Y ahora, ¡cállense, que voy a hablar, páseme lo que me pase! Voy a arriesgar mi vida, voy a jugarme el todo por el todo. Aunque él me mate, me mantendré firme, con tal de presentarle mi defensa cara a cara. Quizá en eso esté mi salvación, pues un malvado no entraría hasta su presencia. Escuchen, pues, con atención la exposición que voy a hacerles. Voy a presentar mi defensa, y sé que tengo la razón. Si alguien tiene de qué acusarme, yo guardaré silencio y moriré. Concédeme solo dos cosas, oh Dios, y no me esconderé de ti: Deja ya de castigarme y no me hagas sentir tanto miedo. Llámame, y yo te responderé; o yo hablaré primero, y tú me responderás. Dime, ¿cuáles son mis pecados y delitos? ¿Cuáles son mis crímenes? ¿Por qué te escondes de mí? ¿Por qué me tratas como a un enemigo? Soy como una hoja al viento, ¿por qué quieres destruirme? No soy más que paja seca, ¿por qué me persigues? Traes amargas acusaciones contra mí; me pides cuentas de las faltas de mi juventud. Me pones cadenas en los pies, vigilas todos mis pasos y examinas todas mis pisadas. Me voy deshaciendo, como algo podrido, como ropa que se come la polilla.

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Job 13:5-28 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Ojalá callarais por completo, Porque esto os fuera sabiduría. Oíd ahora mi razonamiento, Y estad atentos a los argumentos de mis labios. ¿Hablaréis iniquidad por Dios? ¿Hablaréis por él engaño? ¿Haréis acepción de personas a su favor? ¿Contenderéis vosotros por Dios? ¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre? Él os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas. De cierto su alteza os habría de espantar, Y su pavor habría de caer sobre vosotros. Vuestras máximas son refranes de ceniza, Y vuestros baluartes son baluartes de lodo. Escuchadme, y hablaré yo, Y que me venga después lo que viniere. ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y tomaré mi vida en mi mano? He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos, Y él mismo será mi salvación, Porque no entrará en su presencia el impío. Oíd con atención mi razonamiento, Y mi declaración entre en vuestros oídos. He aquí ahora, si yo expusiere mi causa, Sé que seré justificado. ¿Quién es el que contenderá conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría. A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro: Aparta de mí tu mano, Y no me asombre tu terror. Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú. ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi transgresión y mi pecado. ¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo? ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar, Y a una paja seca has de perseguir? ¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi juventud? Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos, Trazando un límite para las plantas de mis pies. Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma, Como vestido que roe la polilla.

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Job 13:5-28 La Biblia de las Américas (LBLA)

¡Quién diera que guardarais completo silencio y se convirtiera esto en vuestra sabiduría! Oíd, os ruego, mi razonamiento, y prestad atención a los argumentos de mis labios. ¿Hablaréis por Dios lo que es injusto y diréis por Él lo que es engañoso? ¿Mostraréis por Él parcialidad? ¿Contenderéis por Dios? ¿Os irá bien cuando Él os escudriñe, o le engañaréis como se engaña a un hombre? Ciertamente Él os reprenderá si en secreto mostráis parcialidad. ¿No os llenará de temor su majestad, y no caerá sobre vosotros su terror? Vuestras máximas son proverbios de ceniza, vuestras defensas son defensas de barro. ¶Callad delante de mí para que pueda hablar yo; y venga sobre mí lo que venga. ¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos? Aunque Él me mate, en Él esperaré; pero defenderé mis caminos delante de Él. Esta también será mi salvación, porque un impío no comparecería en su presencia. Escuchad atentamente mis palabras, y que mi declaración llene vuestros oídos. He aquí ahora, yo he preparado mi causa; sé que seré justificado. ¿Quién contenderá conmigo?, porque entonces me callaría y moriría. ¶Solo dos cosas deseo que hagas conmigo, y no me esconderé de tu rostro: Que retires de mí tu mano, y que tu terror no me espante. Entonces llámame, y yo responderé; o déjame hablar, y respóndeme tú. ¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme conocer mi rebelión y mi pecado. ¿Por qué escondes tu rostro y me consideras tu enemigo? ¿Harás que tiemble una hoja llevada por el viento, o perseguirás a la paja seca? Pues escribes contra mí cosas amargas, y me haces responsable de las iniquidades de mi juventud. Pones mis pies en el cepo, y vigilas todas mis sendas; pones límite a las plantas de mis pies, mientras me deshago como cosa podrida, como vestido comido de polilla.

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