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Salmos 109:14-31

Salmos 109:14-31 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Venga en memoria ante Jehová la maldad de sus padres, Y el pecado de su madre no sea borrado. Estén siempre delante de Jehová, Y él corte de la tierra su memoria, Por cuanto no se acordó de hacer misericordia, Y persiguió al hombre afligido y menesteroso, Al quebrantado de corazón, para darle muerte. Amó la maldición, y esta le sobrevino; Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él. Se vistió de maldición como de su vestido, Y entró como agua en sus entrañas, Y como aceite en sus huesos. Séale como vestido con que se cubra, Y en lugar de cinto con que se ciña siempre. Sea este el pago de parte de Jehová a los que me calumnian, Y a los que hablan mal contra mi alma. Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre; Líbrame, porque tu misericordia es buena. Porque yo estoy afligido y necesitado, Y mi corazón está herido dentro de mí. Me voy como la sombra cuando declina; Soy sacudido como langosta. Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno, Y mi carne desfallece por falta de gordura. Yo he sido para ellos objeto de oprobio; Me miraban, y burlándose meneaban su cabeza. Ayúdame, Jehová Dios mío; Sálvame conforme a tu misericordia. Y entiendan que esta es tu mano; Que tú, Jehová, has hecho esto. Maldigan ellos, pero bendice tú; Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo. Sean vestidos de ignominia los que me calumnian; Sean cubiertos de confusión como con manto. Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca, Y en medio de muchos le alabaré. Porque él se pondrá a la diestra del pobre, Para librar su alma de los que le juzgan.

Salmos 109:14-31 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Que recuerde el SEÑOR la iniquidad de sus antepasados y no se olvide del pecado de su madre. Que el SEÑOR los tenga siempre presentes y que borre de la tierra su memoria. Por cuanto se olvidó de hacer el bien y persiguió hasta la muerte al pobre, al necesitado y al descorazonado; ya que le encantaba maldecir: ¡que caiga sobre él la maldición! Por cuanto no se complacía en bendecir: ¡que se aleje de él la bendición! Por cuanto se cubrió de maldición como quien se pone un vestido, ¡que esta se filtre en su cuerpo como el agua!, ¡que penetre en sus huesos como el aceite! ¡Que lo envuelva como un manto! ¡Que lo apriete en todo tiempo como un cinto! ¡Que así les pague el SEÑOR a mis acusadores, a los que me calumnian! Pero tú, SEÑOR Soberano, trátame bien por causa de tu nombre; líbrame por tu bondad y gran amor. Ciertamente soy pobre y estoy necesitado; y mi corazón ha sido traspasado. Me voy desvaneciendo como sombra vespertina; soy sacudido como la langosta. De tanto ayunar me tiemblan las rodillas; mi cuerpo ha perdido mucho peso. Soy para ellos motivo de burla; me ven y menean la cabeza. SEÑOR mi Dios, ¡ayúdame!; por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan que esta es tu mano; que tú mismo, SEÑOR, lo has hecho. ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará. ¡Que mis acusadores queden cubiertos de deshonra, envueltos en un manto de vergüenza! Por mi parte, daré muchas gracias al SEÑOR; lo alabaré en medio de una gran multitud. Porque él aboga por el necesitado para salvarlo de quienes lo condenan.

Salmos 109:14-31 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

Dios mío, no te olvides nunca de la maldad de su padre ni del pecado de su madre, y que nadie recuerde que existieron. No pierdas de vista a mi enemigo, pues jamás se le ocurrió ser bondadoso con nadie; persiguió a los pobres, a los humildes y necesitados, hasta quitarles la vida. Ya que le encantaba maldecir, ¡que le caiga una maldición! Ya que no le gustaba bendecir, ¡que nadie lo bendiga! ¡Castígalo donde más le duela! ¡Que esa maldición lo cubra como un manto! ¡Que lo apriete hasta ahogarlo! Dios mío, ¡trata así al que me acuse, y al que mienta contra mí! Pero a mí, trátame bien; tú eres un Dios bondadoso, ¡sálvame, por tu gran bondad! Yo soy pobre y humilde, y es muy grande mi dolor. Poco a poco me voy debilitando como las sombras de la noche; ¡hasta parezco una mariposa sacudida por el viento! Ya casi no como; tan flaco estoy que me tiemblan las rodillas. Cuando la gente me ve, se ríe y se burla de mí. Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame! Que sepan que esto me sucede porque tú así lo has querido. Pero si tú me bendices, no me importa que me maldigan. Mis enemigos están listos para atacarme, pero tú los pondrás en vergüenza y a mí me llenarás de alegría. Dios mío, cubre a mis acusadores de vergüenza y deshonra. Yo te daré gracias con el gran pueblo que te alaba, porque tú defiendes a los pobres y los salvas de los malvados que los condenan a muerte.

Salmos 109:14-31 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Señor, ¡no olvides la maldad de su padre! ¡Ten presente el pecado de su madre! Señor, ¡no pases por alto su maldad, y borra de la tierra su memoria! Porque este se olvidó de la misericordia, y persiguió hasta darle muerte al miserable que sufre y tiene roto el corazón. Ya que amó la maldición, ¡que sea maldito! Despreció la bendición, ¡que nunca sea bendecido! La maldad lo envolvió como un manto; como agua, penetró en todo su ser; como aceite, le caló hasta los huesos. ¡Pues que lo envuelva la maldad como un manto, y que lo oprima para siempre como un cinto! ¡Así les pague el Señor a los que me acusan, a los que me calumnian y buscan mi mal! Pero tú, mi Señor y Dios, ¡trátame bien por causa de tu nombre! Por tu bondad y misericordia, ¡sálvame! Te necesito, pues estoy muy afligido; mi corazón tiene profundas heridas. Siento que me muero, como muere el día; soy sacudido como una langosta. Las rodillas se me doblan por causa del ayuno, estoy tan débil que mi cuerpo desfallece. Soy para la gente objeto de burla; los que me ven, mueven burlones la cabeza. Señor y Dios mío, ¡ayúdame!; por tu gran misericordia, ¡sálvame! Así sabrán que esto viene de tu mano, y que eres tú, Señor, quien me ha salvado. No importa que me maldigan, ¡bendíceme tú! Podrán atacarme, pero quedarán avergonzados, mientras que este siervo tuyo se regocijará. Cubre de vergüenza a los que me critican; ¡que la confusión los envuelva como un manto! Yo te alabaré, Señor, con mucho gozo; ¡te cantaré en medio de una gran multitud! Porque defiendes al que nada tiene, y lo libras de quienes lo condenan a muerte.

Salmos 109:14-31 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Que se acuerde el Señor de la maldad de su padre y nunca borre el pecado de su madre; que el Señor los tenga siempre presentes y borre de la tierra su recuerdo. Nunca pensó en ser compasivo; a los pobres y humildes y afligidos los persiguió hasta matarlos. Ya que prefirió la maldición, ¡que lo maldigan! No quiso bendición, ¡pues que nunca lo bendigan! Que lo cubra la maldición como un vestido; que le entre en el vientre y en los huesos cual si fuera agua o aceite; ¡que lo cubra como un vestido y lo oprima como un cinto! ¡Así pague el Señor a mis enemigos y a los que hablan mal de mí! Pero tú, Señor, haz honor a tu nombre, y trátame bien. ¡Sálvame, por la bondad de tu amor! Estoy muy pobre y afligido, tengo herido el corazón, me voy desvaneciendo como una sombra, ¡el viento me arrastra como a una langosta! De no comer me tiemblan las rodillas; adelgazo por falta de alimento. ¡Soy el hazmerreír de la gente! ¡Al verme, mueven burlones la cabeza! Ayúdame, Señor y Dios mío; ¡sálvame, por tu amor! Que sepan que tú, Señor, has hecho esto con tu mano. No importa que me maldigan, con tal que tú me bendigas. Que ellos se avergüencen mientras tu siervo se alegra. ¡Que mis enemigos se llenen de vergüenza! ¡Que los cubra la vergüenza como una capa! Con mis labios daré al Señor gracias infinitas; ¡lo alabaré en medio de mucha gente! Porque él aboga en favor del pobre y lo pone a salvo de los que lo condenan.

Salmos 109:14-31 La Biblia de las Américas (LBLA)

¶Sea recordada ante el SEÑOR la iniquidad de sus padres, y no sea borrado el pecado de su madre. Estén continuamente delante del SEÑOR, para que Él corte de la tierra su memoria; porque él no se acordó de mostrar misericordia, sino que persiguió al afligido, al necesitado y al de corazón decaído para matarlos. También amaba la maldición, y esta vino sobre él; no se deleitó en la bendición, y ella se alejó de él. Se vistió de maldición como si fuera su manto, y entró como agua en su cuerpo, y como aceite en sus huesos. Séale como vestidura con que se cubra, y por cinto con que se ciña siempre. Sea esta la paga del SEÑOR para mis acusadores, y para los que hablan mal contra mi alma. ¶Mas tú, oh DIOS, Señor, por amor de tu nombre hazme bien; líbrame, pues es buena tu misericordia; porque afligido y necesitado estoy, y mi corazón está herido dentro de mí. Voy pasando como sombra que se alarga; soy sacudido como la langosta. Mis rodillas están débiles por el ayuno, y mi carne sin gordura ha enflaquecido. Me he convertido también en objeto de oprobio para ellos; cuando me ven, menean la cabeza. ¶Ayúdame, SEÑOR, Dios mío, sálvame conforme a tu misericordia; y que sepan que esta es tu mano, que tú, SEÑOR, lo has hecho. Maldigan ellos, pero tú bendice; cuando se levanten, serán avergonzados, mas tu siervo se alegrará. Sean vestidos de oprobio mis acusadores, y cúbranse con su propia vergüenza como con un manto. ¶Con mi boca daré abundantes gracias al SEÑOR, y en medio de la multitud le alabaré. Porque Él está a la diestra del pobre, para salvarlo de los que juzgan su alma.

Salmos 109:14-31 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Que el SEÑOR jamás olvide los pecados de su padre; que los pecados de su madre nunca se borren de los registros. Que el SEÑOR siempre recuerde estos pecados, y que su nombre desaparezca de la memoria humana. Pues rehusó mostrar bondad a los demás; persiguió al pobre y al necesitado, y acosó hasta la muerte a los de corazón quebrantado. Le encantaba maldecir a otros; ahora, maldícelo tú a él. Jamás bendijo a nadie; ahora, no lo bendigas a él. Maldecir le resulta tan natural como la ropa que usa, o el agua que bebe o los alimentos deliciosos que come. Ahora, que sus maldiciones se vuelvan en su contra y se le peguen como la ropa; que le aprieten como un cinturón». Que esas maldiciones sean el castigo del SEÑOR para los acusadores que hablan mal de mí. Pero a mí trátame bien, oh SEÑOR Soberano, ¡por el honor de tu propia fama! Rescátame porque eres tan fiel y tan bueno. Pues soy pobre y estoy necesitado, y mi corazón está lleno de dolor. Me desvanezco como una sombra al anochecer; me quitan de encima como una langosta. Mis rodillas están débiles de tanto ayunar y estoy reducido a piel y huesos. Soy objeto de burla para la gente; cuando me ven, menean la cabeza en señal de desprecio. ¡Ayúdame, oh SEÑOR mi Dios! Sálvame a causa de tu amor inagotable. Haz que vean que esto proviene de ti, que tú mismo lo has hecho, SEÑOR. Entonces que me maldigan si quieren, ¡pero tú me bendecirás! Cuando me ataquen, ¡serán deshonrados! ¡Pero yo, tu siervo, seguiré alegrándome! Que mis acusadores se vistan de vergüenza; que la humillación los cubra como un manto. Pero yo daré gracias al SEÑOR una y otra vez; lo alabaré ante todo el mundo. Pues él está junto al necesitado, listo para salvarlo de quienes lo condenan.