Salmos 29:1-11
Salmos 29:1-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Honren al SEÑOR, oh seres celestiales; honren al SEÑOR por su gloria y fortaleza. Honren al SEÑOR por la gloria de su nombre; adoren al SEÑOR en la magnificencia de su santidad. La voz del SEÑOR resuena sobre la superficie del mar; el Dios de gloria truena; el SEÑOR truena sobre el poderoso mar. La voz del SEÑOR es potente; la voz del SEÑOR es majestuosa. La voz del SEÑOR parte los enormes cedros; el SEÑOR hace pedazos los cedros del Líbano. Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano; hace saltar el monte Hermón como a un buey joven y salvaje. La voz del SEÑOR resuena con relámpagos. La voz del SEÑOR hace temblar al lugar desolado; el SEÑOR sacude el desierto de Cades. La voz del SEÑOR retuerce los fuertes robles y desnuda los bosques. En su templo todos gritan: «¡Gloria!». El SEÑOR gobierna las aguas de la inundación; el SEÑOR gobierna como rey para siempre. El SEÑOR le da fuerza a su pueblo; el SEÑOR lo bendice con paz.
Salmos 29:1-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tributen al SEÑOR, seres celestiales; tributen al SEÑOR la gloria y el poder. Tributen al SEÑOR la gloria que merece su nombre; adoren al SEÑOR en la hermosura de su santidad. La voz del SEÑOR está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el SEÑOR está sobre las aguas impetuosas. La voz del SEÑOR resuena potente; la voz del SEÑOR resuena majestuosa. La voz del SEÑOR desgaja los cedros; desgaja el SEÑOR los cedros del Líbano; hace que el Líbano salte como becerro y que el Sirión salte cual toro salvaje. La voz del SEÑOR destruye con rayos de fuego; la voz del SEÑOR sacude el desierto; el SEÑOR sacude el desierto de Cades. La voz del SEÑOR retuerce los robles y deja desnudos los bosques; en su Templo todos gritan: «¡Gloria!». El SEÑOR tiene su trono sobre el diluvio; el SEÑOR reina por siempre. El SEÑOR fortalece a su pueblo; el SEÑOR bendice a su pueblo con la paz.
Salmos 29:1-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1-2 (1b-2) Ustedes, que en el cielo están al servicio de Dios, denle la honra que merece, reconozcan su poder y adórenlo en su hermoso templo. La voz de nuestro Dios, Dios de la gloria, retumba como el trueno sobre los grandes océanos. La voz de nuestro Dios retumba con fuerza; la voz de nuestro Dios retumba con poder. La voz de nuestro Dios derriba los cedros; nuestro Dios derriba los cedros del Líbano. A los montes Líbano y Hermón los hace saltar como terneros, ¡como si fueran toros salvajes! La voz de nuestro Dios lanza llamas de fuego; la voz de Dios sacude el desierto; ¡nuestro Dios sacude el desierto de Cadés! La voz de Dios retuerce los robles y deja sin árboles los bosques. Nuestro Dios es el rey de las lluvias; él se sienta en su trono para reinar por siempre. En su templo todos lo alaban, y desde allí le pedimos que nos llene de fuerzas y nos bendiga con su paz.
Salmos 29:1-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Rindan al Señor, seres celestiales; rindan al Señor la gloria y el poder! ¡Ríndanle la gloria digna de su nombre! ¡Adoren al Señor en su santuario hermoso! La voz del Señor resuena sobre las aguas. El Dios de la gloria hace oír su voz. El Señor está sobre las muchas aguas. La voz del Señor es potente. La voz del Señor es majestuosa. La voz del Señor desgaja los cedros; ¡el Señor desgaja los cedros del Líbano! ¡Su voz hace que los montes Líbano y Sirión salten como becerros, como búfalos pequeños! La voz del Señor lanza llamas de fuego. La voz del Señor hace temblar al desierto; el Señor hace temblar al desierto de Cadés. La voz del Señor desgaja las encinas y deja los árboles sin hojas, mientras en su templo todos proclaman su gloria. El Señor es el rey eterno; ¡él ocupa su trono sobre las aguas! El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.
Salmos 29:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (1b) Alaben al Señor, seres celestiales: alaben el poder y la gloria del Señor, alaben el glorioso nombre del Señor, adoren al Señor en su hermoso santuario., La voz del Señor resuena sobre el mar; el Dios glorioso hace tronar: ¡el Señor está sobre el mar inmenso! La voz del Señor resuena con fuerza; la voz del Señor resuena imponente; la voz del Señor desgaja los cedros. ¡El Señor desgaja los cedros del Líbano! Hace temblar los montes Líbano y Sirión; ¡los hace saltar como toros y becerros! La voz del Señor lanza llamas de fuego; la voz del Señor hace temblar al desierto; ¡el Señor hace temblar al desierto de Cadés! La voz del Señor sacude las encinas y deja sin árboles los bosques. En su templo, todos le rinden honor. El Señor gobierna las lluvias; ¡el Señor gobierna cual rey eterno! El Señor da fuerza a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con paz.
Salmos 29:1-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Voz de Jehová sobre las aguas; Truena el Dios de gloria, Jehová sobre las muchas aguas. Voz de Jehová con potencia; Voz de Jehová con gloria. Voz de Jehová que quebranta los cedros; Quebrantó Jehová los cedros del Líbano. Los hizo saltar como becerros; Al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos. Voz de Jehová que derrama llamas de fuego; Voz de Jehová que hace temblar el desierto; Hace temblar Jehová el desierto de Cades. Voz de Jehová que desgaja las encinas, Y desnuda los bosques; En su templo todo proclama su gloria. Jehová preside en el diluvio, Y se sienta Jehová como rey para siempre. Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.
Salmos 29:1-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Tributad al SEÑOR, oh hijos de los poderosos, tributad al SEÑOR gloria y poder. Tributad al SEÑOR la gloria debida a su nombre; adorad al SEÑOR en la majestad de la santidad. ¶Voz del SEÑOR sobre las aguas. El Dios de gloria truena, el SEÑOR está sobre las muchas aguas. La voz del SEÑOR es poderosa, la voz del SEÑOR es majestuosa. La voz del SEÑOR rompe los cedros; sí, el SEÑOR hace pedazos los cedros del Líbano; y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. La voz del SEÑOR levanta llamas de fuego. La voz del SEÑOR hace temblar el desierto; el SEÑOR hace temblar el desierto de Cades. La voz del SEÑOR hace parir a las ciervas, y deja los bosques desnudos, y en su templo todo dice: ¡Gloria! ¶El SEÑOR se sentó como Rey cuando el diluvio; sí, como Rey se sienta el SEÑOR para siempre. El SEÑOR dará fuerza a su pueblo; el SEÑOR bendecirá a su pueblo con paz.