Salmos 38:10-22
Salmos 38:10-22 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Late mi corazón con violencia, las fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos se apaga. Mis amigos y vecinos se apartan de mis llagas; mis parientes se mantienen a distancia. Tienden sus trampas los que quieren matarme; maquinan mi ruina los que buscan mi mal y todo el día urden engaños. Pero yo, como un sordo, no escucho; como un mudo, no respondo. Soy como los que no oyen ni pueden hablar para defenderse. Yo, SEÑOR, espero en ti; tú, Señor y Dios mío, serás quien responda. Tan solo pido que no se burlen de mí, que cuando tropiece no se crean superiores. Estoy por desfallecer; el dolor no me deja un solo instante. Voy a confesar mi iniquidad, pues mi pecado me angustia. Mis enemigos son muchos y poderosos; abundan los que me odian sin motivo. Por hacer el bien, me pagan con el mal; por procurar lo bueno, se ponen en mi contra. SEÑOR, no me abandones; Dios mío, no te alejes de mí. Señor de mi salvación, ¡ven pronto en mi ayuda!
Salmos 38:10-22 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
10 (11) Mi corazón late con ansias, las fuerzas me abandonan, la vista se me nubla. 11 (12) Mis amigos más queridos se quedan lejos de mí por causa de mis males; mis parientes cercanos se mantienen a distancia. 12 (13) Los que quieren matarme me ponen trampas; los que buscan mi mal amenazan con destruirme, ¡no hay un solo momento en que no hagan planes contra mí! 13-14 (14-15) Pero yo cierro los oídos y hago como que no los oigo; me hago el mudo y no digo nada. 15 (16) Mi Señor y Dios, yo en ti confío; tú serás quien les responda. 16 (17) Solo una cosa te pido: si acaso llego a caer, no les concedas el gusto de burlarse de mí. 17 (18) Casi me doy por vencido; este dolor no me deja en paz. 18 (19) Debo reconocer mi maldad; me llena de angustia haber pecado. 19 (20) Mis enemigos son poderosos, son muchos y me odian sin razón. 20 (21) Yo los traté bien, y ahora ellos me tratan mal; procuré su bienestar, y ahora ellos me atacan. 21-22 (22-23) Mi Señor y Dios, ¡tú eres mi salvador! No me abandones; no te alejes de mí, ¡ven pronto en mi ayuda!
Salmos 38:10-22 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Mi corazón se agita, me faltan fuerzas, y hasta mis ojos se van apagando. Mis mejores amigos se alejan de mis males; ¡hasta mis parientes se apartan de mí! Hay quienes conspiran contra mi vida; buscan mi mal y tratan de arruinarme. ¡Todo el tiempo hacen planes contra mí! Pero yo cierro los oídos, y no los oigo; finjo ser mudo y no abro la boca. Soy como los que no oyen ni profieren ningún reproche. Señor, yo confío en ti; ¡tú, Señor mi Dios, responderás por mí! Tan solo pido que no se alegren de mí; ¡que no se burlen de mí, si acaso caigo! En realidad, estoy a punto de caer, y mi dolor no me abandona. Por eso, voy a confesar mi maldad; pues me pesa haber pecado. Mis enemigos están sanos y fuertes; aumentan los que me odian sin razón. Los que me pagan mal por bien me atacan porque prefiero hacer lo bueno. Señor, ¡no me abandones! Dios mío, ¡no te alejes de mí! Señor, mi salvador, ¡ven pronto en mi ayuda!
Salmos 38:10-22 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
10 (11) Mi corazón late de prisa, las fuerzas me abandonan, ¡aun la vista se me nubla! 11 (12) Mis mejores amigos, y hasta mis parientes, se mantienen a distancia, lejos de mis llagas. 12 (13) Los que me quieren matar, me ponen trampas; los que me quieren perjudicar, hablan de arruinarme y a todas horas hacen planes traicioneros. 13 (14) Pero yo me hago el sordo, como si no oyera; como si fuera mudo, no abro la boca. 14 (15) Soy como el que no oye ni puede decir nada en su defensa. 15 (16) Yo espero de ti, Señor y Dios mío, que seas tú quien les conteste. 16 (17) Tan solo pido que no se rían de mí, que no canten victoria cuando yo caiga. 17 (18) En verdad, estoy a punto de caer; mis dolores no me dejan ni un momento. 18 (19) ¡Voy a confesar mis pecados, pues me llenan de inquietud! 19 (20) Mis enemigos han aumentado; muchos son los que me odian sin motivo. 20 (21) Me han pagado mal por bien; porque busco hacer el bien se ponen en contra mía. 21 (22) Señor, ¡no me dejes solo! Dios mío, ¡no te alejes de mí! 22 (23) Dios y Salvador mío, ¡ven pronto en mi ayuda!
Salmos 38:10-22 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejado. Los que buscan mi vida arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades, Y meditan fraudes todo el día. Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca. Soy, pues, como un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones. Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío. Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí. Pero yo estoy a punto de caer, Y mi dolor está delante de mí continuamente. Por tanto, confesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado. Porque mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa. Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno. No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.
Salmos 38:10-22 La Biblia de las Américas (LBLA)
Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis parientes se mantienen a distancia. Los que buscan mi vida me tienden lazos; los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, y traman traición todo el día. ¶Mas yo, como el sordo, no oigo; soy como el mudo que no abre la boca. Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica. Porque en ti espero, oh SEÑOR; tú responderás, Señor, Dios mío. Pues dije: Que no se alegren de mí los que, cuando mi pie resbala, se engrandecen sobre mí. Porque yo estoy a punto de caer, y mi dolor está continuamente delante de mí. Confieso, pues, mi iniquidad; afligido estoy a causa de mi pecado. Pero mis enemigos son vigorosos y fuertes; muchos son los que sin causa me aborrecen. Y los que pagan mal por bien se me oponen, porque yo sigo lo bueno. No me abandones, oh SEÑOR; Dios mío, no estés lejos de mí. Apresúrate a socorrerme, oh Señor, salvación mía.
Salmos 38:10-22 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Mi corazón late aceleradamente, se me acaban las fuerzas y estoy quedando ciego. Mis seres queridos y amigos no se me acercan, por temor a la enfermedad; hasta mi propia familia se mantiene a distancia. Mientras tanto, mis enemigos tienden trampas para matarme. Los que desean mi mal hacen planes para arruinarme; se pasan el día maquinando su traición. Pero yo hago oídos sordos a sus amenazas; me quedo callado ante ellos como quien no puede hablar. Opté por no oír nada, y tampoco respondo. Pues a ti te espero, oh SEÑOR. Tú debes responder por mí, oh Señor mi Dios. Dije en oración: «No dejes que mis enemigos se burlen de mí, ni que se regodeen en mi caída». Estoy al borde del colapso, haciendo frente a un dolor constante. Pero confieso mis pecados; estoy profundamente arrepentido por lo que hice. Tengo muchos enemigos agresivos; me odian sin razón. Me pagan mal por bien y se me oponen porque procuro lo bueno. No me abandones, oh SEÑOR; no te quedes lejos, Dios mío. Ven pronto a ayudarme, oh Señor, mi salvador.