Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis parientes se mantienen a distancia. Los que buscan mi vida me tienden lazos; los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, y traman traición todo el día. ¶Mas yo, como el sordo, no oigo; soy como el mudo que no abre la boca. Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica. Porque en ti espero, oh SEÑOR; tú responderás, Señor, Dios mío. Pues dije: Que no se alegren de mí los que, cuando mi pie resbala, se engrandecen sobre mí. Porque yo estoy a punto de caer, y mi dolor está continuamente delante de mí. Confieso, pues, mi iniquidad; afligido estoy a causa de mi pecado. Pero mis enemigos son vigorosos y fuertes; muchos son los que sin causa me aborrecen. Y los que pagan mal por bien se me oponen, porque yo sigo lo bueno. No me abandones, oh SEÑOR; Dios mío, no estés lejos de mí. Apresúrate a socorrerme, oh Señor, salvación mía.
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