Mi corazón late aceleradamente, se me acaban las fuerzas y estoy quedando ciego. Mis seres queridos y amigos no se me acercan, por temor a la enfermedad; hasta mi propia familia se mantiene a distancia. Mientras tanto, mis enemigos tienden trampas para matarme. Los que desean mi mal hacen planes para arruinarme; se pasan el día maquinando su traición. Pero yo hago oídos sordos a sus amenazas; me quedo callado ante ellos como quien no puede hablar. Opté por no oír nada, y tampoco respondo. Pues a ti te espero, oh SEÑOR. Tú debes responder por mí, oh Señor mi Dios. Dije en oración: «No dejes que mis enemigos se burlen de mí, ni que se regodeen en mi caída». Estoy al borde del colapso, haciendo frente a un dolor constante. Pero confieso mis pecados; estoy profundamente arrepentido por lo que hice. Tengo muchos enemigos agresivos; me odian sin razón. Me pagan mal por bien y se me oponen porque procuro lo bueno. No me abandones, oh SEÑOR; no te quedes lejos, Dios mío. Ven pronto a ayudarme, oh Señor, mi salvador.
Leer Salmos 38
Escuchar Salmos 38
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 38:10-22
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos