Ladrillos y cocinas color rosaMuestra
¿A quién recurres cuando eres lastimado?
Una de las decisiones más importantes que tomamos cuando experimentamos gran dificultad es a dónde recurrir para recibir ayuda. ¿Hay algún número en tu directorio telefónico que representa un 9-1-1 espiritual o emocional? Cuando los israelitas estaban cargados con hacer ladrillos sin paja, sorprendentemente recurrieron a su opresor para pedir auxilio en lugar de a Dios. Tres veces se llamaron a sí mismos siervos de faraón y no de Dios.
Cuando pasas por días difíciles, cuando alguien tira agua sobre tu plan de la zarza ardiente, cuando ya no estás seguro de cuál podría ser la voluntad de Dios, ese es el mejor momento para arrodillarse y decir: «Señor, recurro a ti. Soy tu siervo. Quiero glorificarte con todo lo que tengo».
El pueblo equivocadamente recurrió a faraón; pero Moisés a Dios. No hay un mejor lugar para nosotros a dónde acudir cuando las cosas se ponen difíciles que a nuestro Dios todopoderoso y todo-proveedor. Los tiempos difíciles deberían ser nuestro pauta para decir: «Dios, Tú eres el Señor, y yo soy tu siervo. Voy a pasar por el fuego si quieres que lo haga. Voy a estar sobre mis rodillas confiando en ti todo el camino».
«[El líder] debe ser el que, mientras recibe la amistad y el apoyo de todos los que se lo puedan ofrecer, tiene suficientes recursos para permanecer solo incluso frente a una feroz oposición en el descargo de su responsabilidad. Él o ella debe estar preparado para no tener a nadie más que a Dios»1 (J. Oswald Sanders).
Observa que Dios no le dio explicaciones a Moisés, en lugar de ello, le dijo lo que estaba por hacer: "Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra".
Si Moisés hubiera recurrido al faraón en lugar de a Dios, posiblemente hubiera escuchado lo mismo que les dijo a los israelitas: «Son perezosos». El faraón consideró que su deseo por ser libres y adorar a Dios era pereza. Hizo que su valor fuera equivalente a la cantidad de ladrillos que podían producir. Pero Dios hizo que su valor fuera equivalente a su deseo de adorarlo. Él quiere que sepamos que nuestro deseo por Él no es pereza. Para el que confía en sí mismo, la fe podría parecer perezosa; pero no para Dios.
Nota
1. J. Oswald Sanders, Spiritual Leadership [Liderazgo espiritual] (Chicago, IL: Moody Press, 1994), p. 174.
Acerca de este Plan
¿Alguna vez has pensado haber entendido lo que Dios te estaba pidiendo y al avanzar entusiasmado te encontraste una pared inesperada, o alguien le echó agua fría a tus esfuerzos? Eso es lo que frecuentemente ocurre cuando estamos descubriendo la voluntad de Dios para nuestra vida. En cierto punto, encontraremos resistencia, nos confundiremos o incluso seremos heridos en nuestra búsqueda de su gran plan, pero Él está allí con nosotros.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en:http://www.bakerpublishinggroup.com/ y http://elcentronetwork.com/ y https://houstonsfirst.org/