Por esta causa doblo mis rodillasMuestra
La oración apostólica tiene un sentido de causa
La causa es el elemento intencional que se deriva del propósito eterno, que Dios se propuso llevar a cabo en Cristo desde antes de la fundación de todas las cosas. Pablo recibió por revelación, que la economía de Dios consiste en que Dios se imparte en sus escogidos, para hacer de ellos la expresión y expansión del Cristo Magnificado. Pablo, habiendo recibido dicha revelación, funcionó como apóstol y enviado del Señor para edificar a los santos según la verdad recibida; e igualmente ejerció una tarea como profeta, para hablar de parte de Dios sobre los misterios que Él le había revelado.
Como portavoz de Dios, Pablo ministraba a los demás las inescrutables riquezas de Cristo, para que recibieran la misma revelación y llegaran también a desarrollar una perspectiva apostólica y profética de esta revelación. Pablo sabía que el espíritu de la profecía es el testimonio de Jesús, y que todo lo anunciado proféticamente es la revelación de Jesucristo, por lo tanto, la palabra profética más segura es la que ha sido escrita. La función primaria del profeta del nuevo pacto, está encaminada a enseñar el fundamento, revelar a Cristo a sus corazones, para que sus vidas sean cimentadas y edificadas en Cristo y no en los dones proféticos. Dones que tristemente se han utilizado para la gloria y fama de la persona que lo recibió como regalo de parte del Espíritu Santo.
Por causa de este propósito eterno, Pablo podía ministrar a los creyentes para hacer de ellos una comunidad con mentalidad apostólica y profética, que conociera la vida en Cristo y predicara esa realidad a su mundo. La causa, era Cristo. La causa, es Cristo. La causa, siempre será Cristo. Todo esto constituía la causa por la cual Pablo oró a favor de los efesios.
Pablo, reorienta la oración de los ahora hijos de Dios. Los hace comprender, que la oración en esta verdad presente, es diferente. Es una oración enfocada en alguien, no en algo. La oración está enfocada en Cristo, no en lo que cada hijo de Dios necesita. No vemos a Pablo orando por sus prisiones, sus deudas, o por ropa y alimentos. Él ora, para que se alumbren los ojos del entendimiento, de quienes necesitaban transicionar, quitar la venda de sus ojos y ver lo que siempre estuvo: Cristo.
Acerca de este Plan
Esta oración apostólica, motivo del presente plan devocional, nos ilustra de manera magistral cómo Dios espera que nos enfoquemos en la manera correcta de orar, entendiendo que no oramos desde nuestra alma, sino desde el hombre espiritual, que se fortalece en el poder de su resurrección.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com