Libérate de la comparación, un devocional de 7 días por Anna LightMuestra
La forma más fácil y destructiva en la que nos comparamos es a través de las redes sociales. Digo más destructiva por dos cosas: las usamos todos los días, tal vez muchas veces al día, y usualmente estamos solos y encerrados en nuestros pensamientos. La triste realidad es que eso no era realmente un problema hace 10 años. Las redes sociales se han vuelto tan invasivas en la última década que ha causado una epidemia de almas pidiendo atención pero sintiéndose más solas que nunca.
Algo que fue creado para conectarnos, realmente ha comenzado a aislarnos; y si no somos cuidadosos, esta mentalidad de comparación puede marchitar nuestros corazones más rápido que cualquier otra cosa.
¿Por qué?
Una persona promedio tiene 5 cuentas de redes sociales y pasa 1 hora 40 minutos al día en ellas.
Y nos preguntamos por qué luchamos con la comparación, insuficiencia, inseguridad y escasez.
¿Qué ponemos frente a nuestros ojos con frecuencia?
Sin embargo, no creo que la respuesta es salirte de las redes. El enemigo está en los extremos. Recordemos que estamos en el mundo, pero no somos de él. Debemos aprender a usarlas, como todo lo demás, por nuestro bien, y para Su gloria.
La apariencia física y tipos de cuerpo son otra forma de compararnos. Podemos mirar a una persona, y con solo un vistazo, hacer juicios y comparaciones por su ropa, maquillaje, cabello o comportamiento. A veces son simples comentarios sin malicia. El problema está cuando erróneamente nos comparamos con otros en base a su apariencia.
A menudo, la comparación también viene en cuanto a posesiones materiales como casas, carros, salarios y vacaciones. Vemos el exterior, la carcasa, el emblema, la marca o el uniforme, y hacemos juicios rápidos sin conocer la historia completa. El problema viene cuando esto nos impide conectarnos auténticamente con otros. Asumimos que están fuera de nuestro rango o no tienen nada que ofrecernos basados en nuestra percepción acerca de ellos.
También comparamos las experiencias de vida y los logros de los demás con los nuestros. Quieres un cónyuge, pero sigues soltero. ¡Quieres tener hijos, o deseas poder tener un momento de tranquilidad lejos de los tuyos! Deseas una familia que no sea disfuncional. Ella tiene el cuerpo perfecto, y tú todavía tratando de perder el peso del bebé de cinco años. Su empresa tuvo éxito y la tuya se hundió.
Las cosas que comparamos muestran mucho de lo que nos importa. Argumentaré que no deberíamos censurar la comparación y los celos, pues he aprendido que, en realidad, podemos usarlos como una herramienta para dirigir nuestras vidas e iluminar nuestra conciencia. Mañana hablaremos más sobre esto.
Señor, abre mis ojos a las cosas que me hacen sentir esa punzada de celos. Ayúdame a girar el espejo sobre mí mismo y a tomarme un tiempo para reflexionar profundamente sobre lo que hago con mi tiempo. Muéstrame por qué me siento amenazado por ciertas personas o circunstancias, y ayúdame a no ponerme nunca por encima o por debajo de otros en base a juicios rápidos sobre su apariencia externa.
Acerca de este Plan
Sabes que Dios te ofrece una vida más abundante que la que estás viviendo, pero la triste verdad es que la comparación te impide pasar al siguiente nivel. En este Plan de lectura, Anna Light revela conocimientos que romperán la tapa que la comparación pone sobre tus capacidades y te ayudarán a vivir la vida libre y abundante que Dios diseñó para ti
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