Promesas de liderazgo para cada díaMuestra

¿Qué palabras vienen a tu mente cuando piensas en grandes líderes? Dudo que la palabra «manso» aparezca al principio de tu lista.

Sin embargo, esa es, precisamente, la palabra que Dios usó para describer a Moisés. Moisés tenía varias razones para ser humilde. Él no era un líder por naturaleza. Las Escrituras no nos indican en nada que él atrajera o dirigiera a nadie durante sus primeros 80 años de vida. Por lo que sabemos, su primer intento de ejercer influencia para ayudar a la gente terminó en el asesinato de un egipcio, por lo que tuvo que huir del país.

Los siguientes 40 años que Moisés pasó en el exilio en el desierto de Madián, fueron tan poco memorables que las Escrituras los resumen en tres versículos (Ex. 2.21-23).

Para que seas un gran líder, no tienes que ser dotado de ello «por naturaleza», simplemente necesitas un corazón dispuesto para Dios y un espíritu que tenga deseo de aprender. La mayoría de los grandes líderes en las Escrituras se hicieron, no nacieron. Afortunadamente para nosotros, Dios sigue desarrollando grandes líderes. ¿Puedes ser uno de ellos?