No me gusta su actitudMuestra

No hagan nada por orgullo

La Biblia nos exhorta a que tengamos la actitud de Jesús, es decir, con humildad veamos a los demás como mejores. La instrucción es clara: el cambio es nuestro, ¡no de los otros!

Pablo nos habla de su aguijón en la carne, aunque la Biblia no lo especifica: algunos piensan que fue una enfermedad o una tendencia al mal genio o la depresión. Pero…, quizá fue alguien difícil de soportar; en tres ocasiones le pidió a Dios que se lo quitara, ¡y no lo hizo! ¿Cuál es nuestro aguijón en la carne?, ¿quién tiene esa actitud insoportable? El aguijón en la vida de Pablo impedía que se volviera orgulloso, así que cuando no soportemos a alguien, pensemos que está allí para impedir que nos volvamos así. Entonces..., ¿somos los del problema?... ¡Sí! Dios no quitará a esa persona de nuestro camino porque quiere que resolvamos algún asunto. Si todo el mundo la quiere y para todos es una bendición, el problema somos nosotros y nuestras malas reacciones. Él es una confrontación que Dios usa para que no nos volvamos orgullosos...; si no la amamos, la soportaremos el resto de la vida.

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