Eternamente amorMuestra

Amor incondicional

Qué precioso es tu amor,

No conoce las fronteras, es tu amor.

Qué precioso es tu amor

Inagotable, sobrepasa aun las nubes.

El amor que solemos manifestar es muy limitado con los que piensan diferente, van a “otra iglesia”, pertenecen a un partido político distinto, son de determinada raza o nivel socioeconómico, estudian en esa universidad, viven en ciertas zonas, nacieron en tal país…; criticamos a los hijos de Dios solteros que se embarazan, los que se emborrachan, los infieles, los estudiantes que copian sus tareas, los empleados que roban a sus patrones, los jefes que maltratan a sus colaboradores, los empresarios que evaden impuestos…; hacemos “leña de los árboles caídos” en lugar de entender que necesitan alguien que los levante, les enseñe, los sostenga, ore por ellos y les exprese el amor de Dios mientras abandonan su situación de pecado.

El Padre no es así; no ve como nosotros ni lo condicionan las circunstancias, pues creó el universo y entiende que nos gobierna nuestra naturaleza pecaminosa. Él conoce las obras de nuestra carne y, aun así, nos perdona; ¡cómo no alabarlo, gritar a los cuatro vientos que es nuestro Dios y expresar que su amor hace la diferencia en nosotros! En medio de las adversidades, los errores, aun a pesar de no haber madurado, el Señor pone a nuestro alrededor personas que nos edifican para que crezcamos y demos el fruto del Espíritu. ¡Cuán privilegiado es gozar lo que hace a nuestro favor: maravilloso amor, profundo perdón, inigualable gracia; su precioso corazón nos consuela, fortalece y bendice con los regalos que nos ponen en lugares celestiales! Tanto hace Dios por nosotros, que nos sobrepasa; se comporta como un padre con su hijo al que le enseña a andar en bicicleta, jugar fútbol, ser solidario con los demás, y también guía y corrige; Él nos ilumina para comprender sus propósitos eternos.

Dios es eterno, y todo lo que Dios es, lo es eternamente.

Dios es amor; eternamente amor.