Buscando La Fe Que Sobrepasa Todo SentimientoMuestra

«El Consolador»

Hay momentos en la vida donde nuestro corazón toca fondo; nos sentimos perdidos en el profundo abismo entre Dios y nuestras circunstancias. En ese abismo nos consumen nuestras emociones y nos traiciona el corazón. Nos falta la disciplina para leer su Palabra, no tenemos ganas de orar, no sentimos su presencia, y simplemente nos sentimos fuera de su alcance.

Al Jesús cumplir su misión en la tierra y regresar al cielo la Palabra nos enseña que Él dejó a su Espíritu Santo como nuestra ayuda, guía y consolador. Para el mundo el evangelio es locura y le es imposible recibir o experimentar el poder sobrenatural del Espíritu Santo porque no creen, pero para nosotros, si creemos, podemos experimentar su poder. Personalmente, ha sido en los momentos donde mi corazón tocó fondo que pude experimentar el poder sobrenatural de Dios y de su Espíritu Santo obrar en medio de mi debilidad.

El Espíritu Santo, el consolador y maestro, está en nosotros y puede guiarnos en armonía con la voluntad de Dios y ayudarnos en nuestra debilidad. Cuando el enemigo ataca nuestra mente, el Espíritu Santo nos recuerda la Palabra de Dios y Sus promesas. Cuando no sabemos cómo orar y qué decir, intercede por nosotros al Padre. El Espíritu Santo sincroniza nuestro corazón al corazón del Padre para que amemos como Él ama y tengamos compasión por el perdido. El Espíritu Santo nos escudriña y nos enseña el camino al arrepentimiento y a la verdad. Aunque nuestros ojos no lo puedan ver, el siempre está a una oración de distancia.