Siervos con mente bíblicaMuestra
Día 2
Dios creó al hombre (lo bueno); ese hombre desobedece (lo malo); Dios decide redimirlo (lo nuevo) para finalmente glorificarlo (lo perfecto). En la actualidad nos encontramos todavía en el proceso de redención, a través del cual Dios procura restaurar todo lo que fue dañado por la caída. Pero en el ínterin, es necesario que podamos comprender de qué manera la caída afectó al ser humano. La Palabra de Dios usa diferentes adjetivos para referirse a la mente caída y entonces habla de:
Una mente endurecida (2 Cor. 3:14)
Un entendimiento cegado (2 Cor. 4:4)
Una mente envanecida (Ef. 4:17)
Un entendimiento entenebrecido (Ef. 4:18)
Una mente carnal (Col. 2:18)
Una mente depravada (1 Tim. 6:5)
Una mente embotada (Mar. 6:52)
La caída del hombre fue tan profunda que posteriormente el apóstol Pablo nos enseña que «el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente» (1 Cor. 2:14). Adán perdió su orientación vertical (hacia Dios), la cual tenía de manera natural. Luego de la caída, su orientación fue mayormente hacia sí mismo.
Juan Calvino, otro de los grandes reformadores y sin lugar a dudas uno de los más grandes teólogos de la historia de la Iglesia, hizo el siguiente comentario con relación a nuestra corrupción:
Esta perversidad nunca cesa en nosotros, sino que continuamente produce nuevos frutos (las obras de la carne que ya hemos descrito), de la misma manera como el horno ardiente que produce llamas y chispas o el agua que de forma incesante brota de un manantial [...] porque nuestra naturaleza no solo está destituida de todo bien, sino que es fértil y fructífera con todo tipo de maldad que no puede estarse quieta [...]. Cualquier cosa que esté en el hombre desde el entendimiento hasta la voluntad, desde el alma hasta la carne, han sido corrompidas.
Todo esto nos deja ver la gran necesidad de cultivar una mente bíblica.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura está basado en el libro "Siervos para Su gloria" del pastor Miguel Núñez. La ausencia de una mente bíblica imposibilita el discernimiento espiritual, trayendo consecuencias al individuo y al pueblo de Dios. «Por eso va cautivo mi pueblo por falta de discernimiento; sus notables están muertos de hambre y su multitud reseca de sed» (Isa. 5:13). Caminemos juntos con una mente bíblica.
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Queremos agradecer a Lifeway y Broadman en conjunto con Holman Spanish por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://lifewayliderazgo.com/