Hombres a prueba de tormentas IIMuestra

Experimenta la pureza

• Lo que me respete

El cuarto principio positivo reconoce que nuestras elecciones, deberían respetarnos. Esto puede sonar extraño y egoísta, pero no lo es. En cambio, reconoce el principio bíblico de que todo yo, incluido mi cuerpo físico, pertenece a Dios. Esta elección significa que vivo como la persona que Dios me diseñó para ser, el "yo real" en Cristo, no la persona que el mundo y mi carne quieren que sea. Pablo agrega que debemos abstenernos de la impureza sexual y poseer nuestro propio vaso honorablemente (probablemente mejor entendido como nuestro cuerpo). Si aceptamos el testimonio de la Escritura, todo nuestro cuerpo (incluidos nuestros órganos sexuales) tiene valor y nuestra pureza sexual honra a quienes somos como Dios nos creó.

• Lo que honra a los demás

El quinto y último principio positivo, es tomar decisiones que honren a los demás y, en particular, a las mujeres. No son objetos sexuales para nuestro placer. Dios creó a las mujeres como portadoras de su imagen igual que los hombres y espiritualmente igual que ellos. Las esposas se describen como "coherederos" con sus esposos. Dios diseñó a la primera mujer para que fuera una "ayuda" (un término positivo, por cierto) como la que "completa" al primer hombre. Las mujeres son más valiosas que simples objetos sexuales para nuestro placer. Son personas reales, con vidas y sentimientos verdaderos. Toda mujer es hija de alguien y puede ser hermana, madre o esposa. Estas descripciones se ajustan a todas y cada una de las mujeres, incluso a las de la industria del sexo (como pornografía y prostitución). Cuando elijo la pureza, honro a las mujeres como Dios las creó.

Cuando somos sexualmente puros, honramos la institución del matrimonio y el hombre casado honra a su esposa. Nuestra pureza reconoce que Dios diseñó la intimidad "de una sola carne" del matrimonio como la avenida para la verdadera realización sexual. Cuando nuestras esposas saben que buscamos satisfacción sexual aparte de ellas, lo ven como una declaración de que son sexualmente inadecuadas. Nuestra pureza sexual comunica lo opuesto a nuestra esposa. Comunica que la valoramos. Comunica que creemos que ella sola es nuestra compañera de "una sola carne". Comunica a las mujeres solteras que deseamos proteger su pureza para que un día puedan casarse, puedan disfrutar de la relación de una sola carne con su futura pareja. Nuestras acciones dicen cuánto las valoramos como un regalo de Dios y como hijas suyas.