En busca de consueloMuestra

Fácilmente podemos identificar dos tipos de pensamientos: Los que nos traen amargura, tristeza, depresión, stress, desánimo y otros que nos dan bienestar, tranquilidad, seguridad, esperanza al recordarnos la bondad y misericordia de Dios y entre estos y aquellos siempre serán mejores los que nos recuerdan el amor de Dios. Pero ¿de dónde vienen estos pensamientos? De donde más que de nuestras acciones, de cada cosa que hacemos o dejamos de hacer porque estas añaden más información en nuestro cerebro que tarde o temprano de forma consiente o inconsciente estarás recordando para bien o para mal. Por eso es importante que confíes en Dios y dejes que el filtre las cosas que recordaras. 

Dios puede ayudarte para que olvides lo malo que ha sucedido en tu vida o a tu alrededor y que te afectan, llámese esto maltrato, divorcio de tus padres, desprecio, pérdida de oportunidades, en fin, tantas cosas que suceden fuera de nuestro control. 

Piensa en Dios constantemente, no des lugar a cosas feas en tu cabeza. Tomate tiempo para conocerte a ti mismo y darte cuenta de que es lo que más te afecta para que lo evites y en su lugar pongas cosas agradables. Dios quiere que seas feliz aun cuando creas que tienes razones para estar sufriendo. Habla con El y dile que vas a esperar que venga en tu ayuda y veras como las cosas cambian. Agradece por su amor a cada momento.