Un Llamado A La OraciónMuestra
“Tu voluntad en la tierra”
Orar en el nombre de Jesús significa orar en Su espíritu, en Su compasión, en Su amor, en Su indignación, y en Su preocupación. Dicho de otra manera, es hacer la oración que hizo Jesús (Kenneth l. Wilson). Jesús oró, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. ¿Oramos nosotros en el nombre de Jesús?
El poeta y clérigo del siglo 19, Richard C. Trench, dijo, “La oración no es que se haga la voluntad del hombre en el cielo, sino la voluntad de Dios en la tierra. No es vencer la renuencia de Dios, sino aferrarnos a la voluntad de Dios”. Cuando hacemos esto, nos comprometemos con un avivamiento de oración. Tenemos que orar hasta que la obra del Espíritu Santo sea evidente en las conversiones, los milagros, las sanidades y las liberaciones –hasta que el ministerio sobrenatural se manifieste y sature nuestras comunidades.
Los milagros suceden cuando el pueblo de Dios ora. He aquí un testimonio de una mujer: “Mi esposo recién había comenzado a trabajar en un nuevo empleo y pasarían días hasta que pudiera recibir su primer cheque. Mis hijos estaban pequeños y no teníamos nada que comer en la casa. Hice lo único que sabía hacer: me arrodillé y oré a Dios. Le dije, ‘Señor, mis niños necesitan leche; estamos confiando en Ti’. Recién me levantaba de orar cuando alguien tocó a la puerta. Allí estaba una hermana de una iglesia llamada Eunice Moore. ‘Yo no sé si realmente necesitas esto, pero el Señor me dijo que te trajera estos alimentos y este galón de leche’, me dijo. Dios oyó mi oración y me envió ayuda”.
Debemos orar hasta que nos sigan las señales.
Escrituras
Acerca de este Plan
F.B. Meyer dijo: “La gran tragedia de la vida no son las oraciones no contestadas, sino las oraciones que no se ofrecen”. Es nuestra responsabilidad orar siempre; pero muy a menudo no lo hacemos. Quizás tenemos la idea que la oración y la intercesión son reservadas para personas con dicho llamado; sin embargo, la realidad es que todos hemos sido llamados a orar; todos hemos sido llamados a tener una relación con Dios y la oración es eso mismo. En este plan de lectura veremos más de cerca las responsabilidades que conlleva el llamado a la oración.
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Nos gustaría agradecer a Marsha Robinson y Pamela Praniuk junto con COGOP por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite:
http://www.cogop.org