Una perspectiva divina durante las tragedias personales Muestra

Globos amarillos 

El día comenzó como cualquier otro, pero durante la tarde del 18 de septiembre de 2015, el pequeño corazón de Moriah Constanza Wimberley, de 22 meses, dejó de latir. En su memoria, la familia Dunn lanzó globos del color de la luz del sol al cielo. Si ves un globo amarillo flotando en el cielo, di una oración. En alguna parte, una familia está de luto por la pérdida de un ser querido. Un globo amarillo, ha llegado a simbolizar la esperanza que se desplaza de manera natural hacia el gran cielo azul.

Nada puede prepararnos para la tragedia. Se escabulle como un ladrón en la noche. Y aunque no podemos hacer nada para evitarla por completo, no estamos destinados a ser destruidos por ella. Nuestra incapacidad para prepararnos y controlar, solo se iguala con nuestra capacidad de respuesta.

¿Recuerdas el viaje de Moisés guiando a los israelitas a la tierra prometida? En el libro de Deuteronomio, aprendemos acerca de las dificultades y adversidades que enfrentó Moisés. Pero lo más importante es que vemos la fidelidad de Dios para con su pueblo. Todos conocemos el versículo popular de Deuteronomio 31 donde Dios envía un mensaje a los israelitas por medio de Moisés: Sé fuerte y valiente. No temas... Porque el Señor tu Dios va contigo; Él nunca te dejará ni te abandonará. Esta es la verdadera promesa de Dios para su pueblo (y para nosotros, sus hijos), Él nunca nos abandonará. Incluso cuando pasamos por los peores días de nuestras vidas o una tragedia que nuestros corazones deben soportar, Dios está con nosotros.

Deuteronomio 31 habla de cuando Moisés pasó su manto a Josué. Moisés ya es demasiado viejo para guiar a los israelitas, pero es consciente del miedo y las dificultades. No solo le dice a Josué que no tenga miedo, sino también: El Señor mismo va delante de ti y estará contigo.

Cuando ocurre algo trágico, la forma en que respondemos es lo que más determina el efecto de la tragedia en nuestras vidas. Hay espacio para el dolor. Bastante espacio. Hay espacio para la ira y para la confusión. Estas son respuestas naturales a la tragedia. Respuestas necesarias. A menudo, tratamos de pasar por alto el dolor, pensando que hay espacio para la confesión o para la sanidad. La verdad es que tenemos espacio para ambos.

No podemos prepararnos para la tragedia. Pero a su paso, podemos seguir respirando porque nuestro Dios nos tiene en sus manos. Él no nos dejará. Es lo suficientemente grande como para separar el mar Rojo, lo suficientemente grande como para guiar a Josué a la Tierra prometida, todavía tiene suficiente grandeza como para sostenerte en medio de la tragedia. Él va delante de ti guiándote, y no dejándote solo.

Para tener más información de este plan, lea el libro Yellow Balloons by Tim Dunn. Puede descargarlo del enlace  http://www.yellowballoons.net/  en el área de Descargas, usa la contraseña: Grace