Preparando Nuestros Corazones para la Pascua: Un Devocional de la CuaresmaMuestra

"Día 17: El Nombre"

En la coronación de un rey de Israel, los Israelitas ofrecerían una oración como el Salmo 72. Esta oración no fue solo un reconocimiento al rey, sino que también expresa un conjunto de expectativas y criterios de su líder. El rey era visto como el medio por el cual las bendiciones llegaban al pueblo de Dios y se esperaba que Él se acogería a las normas divinas de justicia y rectitud. Mirando hacia el rey por la compasión y la liberación para los débiles no era un pensamiento ingenuo o deseado, sino una esperanza arraigada en el carácter de aquel que lo ha ungido. El Dios de Israel es por naturaleza un rescatador y ayudador de los débiles; así debe ser el rey. Oraciones por la permanencia del nombre del rey estaban basadas en la esperanza expectante de que el rey cumpliría con el pacto con los más débiles. por lo tanto, oraciones por él significaban seguridad y felicidad para todos.

 Desde entonces y hasta ahora, ningún rey o líder ha podido cumplir estos criterios divinos. Hoy en día muchos han perdido la fe en nuestros líderes y desconfían de ellos, mientras que otros gastan sus vidas y dinero promoviendo este nombre o otro nombre como aquel que finalmente nos salva. Como seguidores de Cristo, sabemos que Dios nos ha dado Uno en cuyo nombre el necesitado, pobre e indefenso encontrará verdaderamente liberación. Sabemos que en Cristo, tenemos un rey que no se preocupa tan solo por nuestras necesidades y sufrimientos, sino que con compasión se identifica con ellos. Sabemos que en Cristo, oraciones por el crecimiento de su nombre y reino significarán paz y bendiciones para todos. ¿Entiende que el Rey verdaderamente cuida de usted y de todas sus necesidades? ¿Ha clamado en su nombre?

Oración

Poderoso Dios, te alabamos porque tu Hijo es el rey que todos queremos y necesitamos; y que su compasión es mucho mayor que cualquier cosa que hayamos visto. Ayúdanos a confiar y obedecerte a ti como nuestro justo rey, y pueda tu nombre ser por siempre adorado. En el nombre de Cristo, amén.


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