[Serie El sol] La grandeza de DiosMuestra

El Señor es un escudo, Él es el calor protector

Me pregunto cómo es tu relación con el sol. En mi caso, es doble: ¡calidez y advertencia! Por un lado, me encanta la sensación del calor que cubre cada centímetro de mi piel. Por otro lado, una vez que empiezo a sentir que este calor va más allá de una sensación agradable, lo tomo como una advertencia y agradezco a Dios por el protector solar. Es interesante que el salmista, usó esta imagen poderosa, el Señor como sol y escudo, para que recordemos y consideremos.

El corazón del sol trae calor y advertencia. Los salmistas utilizan diferentes imágenes para describir la protección de Dios que nos rodea. Algunas veces es un escudo, otras son alas que cubren con plumas, como se menciona en el Salmo 91. Cuando estás en la presencia de Dios, te sientes protegido. Estos son momentos que todos apreciamos y anhelamos. Sus brazos nos rodean, así que nada ni nadie puede hacernos daño. Esta es la razón por la que el salmista dice: Mejor es un día en tus atrios que mil en otro lugar; preferiría ser un portero en la casa de mi Dios que morar en las tiendas de los impíos, (Salmo 84:10).

El Señor es un escudo. Ciertamente protege, y nos sentimos seguros y cálidos. Sin embargo, este calor es también una advertencia para nosotros; puede convertirse en calor protector. En la presencia de Dios encontramos su santidad, y el Espíritu Santo está en nuestros corazones guiándonos a toda verdad. ¿Alguna vez has sentido al Espíritu Santo diciéndote: «¡para! ¡Aléjate de este lugar!»? El salmista lo sabía cuando escribió: Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová, No quitará el bien a los que andan en integridad, (Salmo 84:11). Cuando caminas en integridad, comprendes que Dios no solo protege, sino que advierte sobre aquellas cosas que no son convenientes. Es por eso que su Palabra es una lámpara para iluminar tu camino. Tienes la libertad de hacer cualquier cosa, pero no todo es beneficioso o constructivo.

Dios brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Es nuestra decisión si queremos vivir en la presencia de Dios o en las tiendas de los impíos. Cuando experimentamos que es mejor estar un día en la presencia de Dios que mil en otra parte, no solo disfrutamos del calor de su presencia, sino que entendemos que no podemos jugar con Dios. Él es santo, y no retendrá sus bendiciones cuando decidamos vivir con integridad.

Pensamiento del día 

El Señor es sol y escudo; Él brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. ¡Felices los que confían en su protección!