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DíA CUATRO: Deje ir sus expectativas

Dios existe fuera del tiempo como lo conocemos y siempre está laborando. Por tanto, no se detiene en el sabbat aunque sí sentó un precedente para nosotros los seres humanos al descansar el séptimo día después de la creación (Génesis 2:2).

Los líderes religiosos, en este pasaje, se habían convencido que eran tan rectos y santos que seguramente reconocerían al Mesías cuando Dios lo enviara. No podían ver su propio orgullo, arrogancia y santurronería, lo cual los cegó de reconocer la deidad de Jesús.

Si deseamos experimentar la abundancia de vida que Jesús nos trae, debemos dejar ir nuestras expectativas. Aunque hayamos estado en los caminos de Dios por largo tiempo nunca debemos asumir que Dios se conforma a nuestra manera de ver las cosas o a nuestro horario para responder las oraciones. Nuestro crecimiento espiritual depende de la humildad. 

Los sistemas humanos, la progresión del tiempo y lo que pensamos como un hecho científico no restringen a Dios. Mientras un especialista ortopédico del siglo 21 puede que examine al paralítico antes y después de su sanidad para tener una explicación médica de lo sucedido, no deberíamos necesitar el entender cómo suceden los milagros de Dios para recibirlos en nuestra vida.