Transformados por la obra de Jesús Muestra

Jesús vino a mostrarnos a Dios

¿Cómo es Dios? Esta es quizás una de las preguntas que la mayoría de las personas se hará algún día. Seguramente tú también te lo has preguntado. Personas a lo largo de todo el mundo han intentado descifrar esta interrogación, creando ideas equivocadas, que varían mucho de una cultura a otra.

Lo más hermoso es que fue Dios mismo el que tomó la iniciativa de revelarse a una humanidad que se extravió apartada de él. ¿Cómo se reveló Dios? La Biblia enseña que él envío a su Hijo Jesús, quien se hizo un ser humano como nosotros para que podamos conocerlo de verdad. Jesús mismo dice que quien lo ha visto a él, también ha visto al Padre.

En el principio, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, pero cuando el pecado entró, esta imagen de Dios en el hombre fue gravemente distorsionada a tal grado, que hizo imposible que cualquier ser humano pudiera ser una fiel representación de la plenitud de Dios. 

Solamente Jesús, quien es cien por ciento Dios y cien por ciento hombre en una persona, califica como el representante que vendría a poner fin a especulaciones e ideas subjetivas acerca de él. Además sucede algo sorprendente, a través de su maravillosa obra en la tierra —una vida de obediencia perfecta y entrega sacrificial— nos permite, a aquellos que algún día íbamos en contra de todo lo que Dios representa, crecer progresivamente conforme a su carácter. Así es, cada día podemos crecer conforme a la imagen de Dios. Ese es el proceso de santificación. 

¡Qué importante es, entonces, que prestemos atención a su vida, su carácter, sus palabras! Jesús desea tener una relación personal contigo y que puedas conocerlo tan cercano como conoces a un familiar o un buen amigo. La Biblia es el medio por excelencia por medio del cual podemos conocer a Jesús.

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