[Serie Hechos] Dios quiere que vueles Muestra

Tres días para ser transformados 

Pastora Patty Murillo

Saulo de Tarso, orgulloso, valiente, perseguidor legalmente autorizado, opositor del evangelio de Jesucristo y, aunque muy versado en la ley de Jehová y la tradición religiosa de su pueblo, también consumado pecador. Era experto en hablar de Dios sin siquiera conocer su voz a falta de un verdadero encuentro con él. Paradójicamente, la escena bíblica de Hechos capítulo nueve nos muestra a un hombre asustado y atónito quien absorto, pregunta: ¿Quién eres, Señor? «El gran encuentro», fue la experiencia de Saulo cuando Jesús decidió aparecérsele en el camino y llamarlo. Proceso que duró tres días, y del que podemos resaltar tres pasos: 

1. Postración y reconocimiento. Fue lo primero que Saulo hizo al oír la voz de Jesús y su llamado. Postrados delante del Señor, todos empezamos de cero nuestra nueva vida espiritual, cuando reconocemos al único y grande Dios. En este primer paso Saulo pudo oír la voz del Señor, pero para tener visión le fue necesario dar el siguiente paso.
2. Obediencia y humildad. La voz del Señor siempre se escucha con una asignación para la persona que decide rendirse a sus pies. No era fácil para una persona del talante y carácter de Saulo aceptar que alguien lo llevara de la mano, pero en aquel encuentro con Jesús, su humildad afloró. Decidió seguir las instrucciones y dejarse guiar por alguien que pudiera ver, que conociera el camino y lo llevara al lugar correcto. 
3. Muerte al yo. En aquellos tres días Saulo estuvo completamente ciego y desconectado del mundo, pero totalmente conectado con Dios a través de la oración, la reflexión y la meditación. La Biblia dice que durante esos días no comió ni bebió. Puso en práctica ese ayuno íntimo y personal en la presencia del Señor, que nos enseña a controlar los apetitos emocionales y carnales. Al mejor estilo del Maestro, necesitaba de esos tres días para resucitar en un hombre nuevo, sin orgullo, sin pretensiones, sin prejuicios ni argumentos religiosos, con un carácter transformado y fortalecido por el poder del Espíritu Santo, con una nueva visión y la asignación de predicar a los gentiles el evangelio del reino. 

Responde 

Todos necesitamos un proceso como el de Saulo, para ser instrumentos escogidos por Dios para grandes obras. Sin un verdadero encuentro con Jesucristo jamás seremos afirmados en nuestro carácter y tampoco seremos eficaces ni fructíferos en nuestra asignación de vida. ¿Cómo fue tu encuentro con Jesús? ¿Has permitido que él te procese para cumplir tu asignación?