El camino a seguirMuestra

En este capítulo, el profeta Isaías advierte al pueblo que, como no quiere oír la voz de Dios, ni quiere cambiar su forma de vivir, les va a venir una destrucción.

Ellos tenían profetas que les decían que no, que eso nunca pasaría. A veces preferimos oír los mensajes que nos gustan y nos dicen que nada pasará, aun cuando olvidemos los principios que Dios espera que vivamos. Nos decimos hijos de Dios aun cuando nuestro actuar va lejos de eso; ensuciamos el nombre de Dios. 

Otros cristianos ven al malo triunfar y dicen para sí, por qué yo trato de agradar a Dios y las cosas no me salen bien y quien actúa mal le va bien. En estos versículos está la respuesta. Según Isaías, el castigo llegará, cada quien recibirá lo que le corresponde, pero hay otra clave que nos da el profeta: la gente honesta vivirá segura, no importa que pase; los que siempre dicen la verdad, vivirán seguros, los que no re enriquecen en forma ilícita, es decir haciendo mal a otros; ese vivirá seguro; quien no acepta ningún tipo de soborno; el que no se presta para cometer crímenes; el último valor es muy importante: quien ni siquiera se fija en la maldad que otros cometen.

Surgen varias preguntas ante este texto, hoy. Lo más importante es el final de este pasaje, quien actúa de esa forma, quien vive esos valores y principios, esa persona vivirá en un refugio, en una fortaleza, siempre tendrá lo necesario y jamás le faltara el agua.