Hagamos lo que Jesús hizoMuestra

Si Jesús confió en la Escritura, nosotros también podemos hacerlo

La Escritura no puede ser quebrantada.

En medio de una discusión con líderes judíos religiosos, Jesús citó una parte del salmo 82. Entonces ellos hicieron su comentario parentético, casi al margen: «La Escritura no puede ser quebrantada». Ese breve comentario habla volúmenes acerca de la manera en que Jesús veía la Escritura. «La Escritura no puede ser quebrantada».

Primero, la expresión suena rara. La Escritura no puede ser quebrantada. Normalmente nosotros no pensamos en libros o escribimos en contexto de quebrantamiento. Quebrantado, roto o no roto no es una categoría que aplica a los libros, pero eso no disuadió a Jesús. Él dijo que la Escritura no podía ser quebrantada. Él está haciendo el punto, de una manera gráfica, donde cada palabra de la Escritura probará la verdad. Ningún error se encontrará en ella. No aparecerá ninguna falta. Ninguna debilidad saldrá a la luz.

Lo que sea que la Escritura prediga, sucederá; lo que sea que la Escritura revele, es; lo que sea que la Escritura prometa, será cumplido; porque la Escritura no puede ser quebrantada.

No es solamente esa Escritura que no ha sido quebrantada o no será quebrantada, sino que toda la Escritura no puede ser quebrantada. Es imposible. La veracidad de Dios lo garantiza.

La gente podrá dudar de la Biblia. Las personas pueden atacarla, pueden atribuirle errores, pueden llamar a la Biblia solo un libro humano, pueden ignorar y rechazar la Biblia. Inclusive tú puedes no hacer caso de la Biblia. Pero no Jesús. Él atesoraba este libro. Él lo estudiaba. Lo memorizaba. Lo aprendía. Lo amaba. Lo enseñaba. Lo obedecía. Lo creía. De hecho, en los evangelios cada vez que Jesús se refería a la Biblia, él lo hacía en completa seguridad, aún si se refería a Adán y Eva; Jonás y el gran pez u otras cosas controversiales. Él tenía total seguridad en la Escritura.

Hay tantas palabras que se han escrito a lo largo de los siglos y sin duda estamos agregando innumerables, inclusive miles de millones de palabras diariamente a esos registros escritos. La mayoría de esas palabras son superfluas y superficiales, mientras que algunas son sabias y perspicaces. Pero un porcentaje muy pequeño de esas palabras son especiales. Son diferentes a todas las demás palabras del universo, porque estas palabras son el aliento de Dios. Palabras inspiradas por Dios, inquebrantables. Intactas e irrompibles. Vivas y llenas de poder.

Escucha esas palabras.